La imagen de Nuestro Padre Jesús de la Salud en sus Tres Caídas fue el encargado de presidir el Viacrucis del Consejo de Hermandades y Cofradías de Rota este año. Sin embargo, debido a las inclemencias meteorológicas no pudo celebrarse como estaba previsto y tuvo que realizarse en el interior de la capilla de Caridad. Un hecho que no impidió a la Hermandad de la Salud impregnar el acto de su sello de identidad propio. Unas características que se profesan desde cualquier cargo que se desempeña dentro de la Hermandad, como es el caso de Manuel Gallero Caballero, quien es Diputado Mayor de Gobierno, Priostía y Vestidor.
Actualmente desempeñas diferentes cargos dentro de la Hermandad, antes de profundizar en cada uno de ello, ¿cuándo se remonta su vinculación a la Salud?
Mi vinculación con la Hermandad se remonta a hace más de 30 años que me ha permitido estar presente en el devenir de la Hermandad durante este periodo en el que he desempeñado diferentes roles: desde delegado de Juventud en primera instancia, posteriormente Teniente de Hermano Mayor para finalmente acabar como Hermano Mayor. Actualmente soy un hermano de base al que la Junta de Gobierno le ha confiado diferentes funciones en los quehaceres de la Hermandad. Una de ellas es la Priostía, otra la de Vestidor de la Santísima Virgen de la Caridad, de San Juan y el Cristo. Además, el Miércoles Santo ejerzo de Diputado Mayor de Gobierno.
Si le parece, iniciemos una disección de cada uno de estos cargos, comenzando por el de Vestidor, ¿cuál es su labor?
La labor de Vestidor es una labor muy gratificante en mi caso porque las imágenes que nosotros veneramos son imágenes inacabadas por el escultor con el fin de que sea el Vestidor quien finalice la obra. Por lo tanto, hay una gran responsabilidad en la de terminar esa obra que inició el escultor, pero que no llegó a acabar. De este modo, asumo una responsabilidad de que esas imágenes se presenten de una forma adecuada a lo que va a ser la veneración de aquellas personas que acudan a su rezo. Más allá de eso, trato de buscar un estilo que vaya en consonancia con el carácter de la Hermandad: seriedad al ser una cofradía de negro. Además con esta función trato de acercar estas imágenes a los fieles que vienen a manifestar sus plegarias y les inspire. Piensa que lo que tú hagas tiene un efecto directo porque es cómo se va a presentar esa imagen a los fieles. Es importante interiorizar que estas imágenes están hechas para tocarte el sentimiento. Por ello, con el vestimiento de las imágenes tienes que contribuir a la emotividad.
Dentro de su labor como Vestidor, ¿existen criterios impuestos por la Hermandad que se deban cumplir?
Afortunadamente puedo decir que tengo plena libertad de decisión, es decir, desde mi Hermandad no me imponen ningún tipo de criterio. Todo lo contrario, me dan toda la confianza para poder vestir a las imágenes. Obviamente esta libertad no atenta con las características de mi Hermandad. Al final llevo 25 años vistiendo a las imágenes, por lo que tengo más que interiorizado mi trabajo como Vestidor.
¿Qué diferencia encuentras a la hora de vestir a los diferentes titulares?
Por supuesto que no tienen nada que ver. No es lo mismo vestir al Cristo que lo que tienes que hacer es buscar el realce del movimiento de la talla, respetando la expresión que se le quiere dar. Además que se sujeta a una túnica que va dependiendo del color. No hay comparación con la Virgen que tiene más elementos a la hora de colocar. Es muy distinto.
Avancemos en el desempeño de sus funciones dentro de la Hermandad de la mano de la confianza que ha depositado en usted la Junta de Gobierno, ¿cuál es el quehacer de un Diputado Mayor de Gobierno?
Un Diputado Mayor de Gobierno tiene la responsabilidad de marcar el ritmo de la cofradía en la calle, de cómo poner el cortejo en la calle y asistir a los hermanos que en ese momento asisten a su estación de penitencia. Una vez que estamos en la calle, la máxima autoridad de la Hermandad es el Diputado Mayor de Gobierno. Obviamente es una inmensa responsabilidad que nada tiene que ver con el pensamiento generalizado sobre el disfrute que genera por tener la opción de transitar por el cortejo durante la salida procesional. No se disfruta nada. Te lo puede decir cualquiera que ejerza esta función porque estás con el estrés de que todo salga a pedir de boca.
¿Qué cambios se han producido en la salida procesional del Miércoles Santo? En caso afirmativo, ¿cómo os han afectado?
Realmente, nosotros hemos tratado de profundizar en la misma línea. Nunca hemos salido del carácter que se le quiere imprimir a la cofradía. Pero, es cierto que hemos profundizado en esa línea para ahondar más en lo que es el cortejo y que nuestra estación de penitencia sea significativa. Por ejemplo, hace tiempo, el Cristo iba totalmente en silencio y de unos años hasta aquí lleva música de capilla. Creo que este cambio ha producido una profundización en el carácter sobrio de la Hermandad. Recordemos que en sus inicios la Virgen no llevaba música y ahora tiene acompañamiento musical desde hace años. Una banda de música que tiene un repertorio adecuado al carácter que queremos imponer en la calle a nuestra salida procesional. Por lo que hay ciertos aspectos en los que evolucionamos, pero hay otras cuestiones que no: ordenar el cortejo por antigüedad, la premisa de solo mirar hacia adelante, mantener una distancia prudente entre hermanos… Todo ello en busca de ser más completos.
Esos cambios, independientemente de la temporalidad, ¿cómo son acogidos por los hermanos?
En mi Hermandad tenemos la suerte de que los hermanos son bastante consecuentes con el estilo de la Hermandad. Entonces, esos cambios que he comentado, que se hicieron ya hace tiempo, provocaron un efecto positivo no generaron ni generan ningún problema en el seno de los hermanos. La realidad es que lo han acogido de buen grado desde el inicio. Es cierto que con los cambios hay dos posturas: aquellos que lo niegan porque quieren mantener un determinado sello y otros que son más abiertos considerando que se puede enriquecer la impronta con determinadas modificaciones.
Mencionas en repetidas ocasiones cuestiones como “impronta”, “sello”... ¿Qué caracteriza a la Hermandad de la Salud?
La Hermandad de la Salud tiene una serie de características fácilmente identificables puesto que ofrece un contrapunto al resto de cofradías, es decir, nosotros tenemos un estilo propio y marcado. No como cofradía de silencio, sino como de negro lo que nos dota del mismo rigor, pero con la única diferencia de que llevamos acompañamiento musical. El orden es algo muy identificable en nuestra Hermandad. El orden de los hermanos y su compostura a lo largo de toda la estación de penitencia. La uniformidad del hábito nazareno es otra de las características propias. Además, de la asimilación desde temprana edad de que aquellos más jóvenes que encabezan el tramo del Cristo siguen el ejemplo de los mayores, manteniendo el orden de nuestra estación de penitencia en la calle. Luego existe una intención por parte de la Hermandad de ser rigurosos con el tiempo, es decir, tratamos de evitar que la cofradía pase más tiempo del que debe en la calle. Aunque, existe un contrapunto dentro de ese rigor que es la pavera, delante del palio que está compuesta por niños que no han hecho la primera comunión y van de monaguillos. Por ello, este es el único punto dentro del cortejo con mayor movimiento porque tienen vía libre para acercarse a la gente. Al final nuestros niños no pueden vestir la túnica hasta que no hayan hecho la primera comunión. Es también muy característico nuestro que la vuelta hasta la capilla desde la calle Castelar se hace el recorrido con la luminaria de los hermanos y los pasos.
Avancemos con la última de sus funciones, la de Priostría…
La Priostía es la decisión sobre cómo se va a montar el culto, es decir, cómo se va a ornamentar el culto, quinario, triduo de la Virgen o cualquier otro culto que vaya a realizar la Hermandad. Por lo tanto, mi función es decidir el diseño de cómo va a ser el altar de culto, qué flores se van a poner y decidir sobre la estética que vamos a ofrecer. Una estética que normalmente va en la dirección del carácter penitencial de la Hermandad. Así que la intención es conservar la solemnidad. Al final una de la finalidades de cualquier Hermandad no es otra que el culto que está compuesta por la parte estética y por la verdaderamente importante: tener todos los preparos necesarios para desarrollar la misa.
¿Qué dificultad tiene preparar los enseres ante la carencia de una Casa Hermandad?
No tenemos una Casa Hermandad, pero sí que contamos con varios locales cedidos que es donde tenemos distribuido los enseres. Si tuviéramos una Casa Hermandad en condiciones esos enseres estarían mejor cuidados, que no es que reciban un mal trato. Sin embargo, podrían estar expuestos, nos permitiría realizar visitas y evitaríamos los transportes de estos objetos al tener los locales distanciados de la capilla, suponiendo un esfuerzo por parte de varios hermanos para traer los enseres. Realmente, por esa parte, sería una comodidad. Además, el hecho de tener una Casa Hermandad nos abriría las puertas para organizar actividades con hermanos.
Este año el viacrucis del Consejo de Hermandades y Cofradías de Rota ha estado presidido por Nuestro Padre Jesús de la Salud en sus Tres Caídas, ¿cuál ha sido su labor durante la organización de este culto.
Realmente mi papel ha sido más reducido porque es el Consejo de Hermandades y Cofradías de Rota la encargada de su organización y a nosotros nos competía la cesión de la imagen y parihuela. Por lo tanto, he tenido que decidir cómo iba a ir esa orna, parihuela, cómo iba a ir el Cristo, qué elementos íbamos a emplear para el exorno de la parihuela y controlar el número de cirios que se iban a necesitar.
Sin embargo, las inclemencias meteorológicas impidieron su realización habitual, ¿cómo lo vivisteis?
Es una cuestión que nosotros tenemos muy interiorizado: si hay amenaza de lluvia o inclemencia meteorológica que impida la práctica normal de nuestra salida procesional, no salimos a la calle. Hay que ser consecuentes con el gran volumen de contratiempos con los que nos enfrentamos, desde el patrimonio cultural e histórico hasta el humano. Por eso nunca nos hemos mojado porque ante cualquier amenaza decidimos cancelar la salida. Así que, volviendo a tu pregunta, lo he vivido con la normalidad que mi Hermandad asume plenamente. Aunque, es cierto que teníamos muchas ganas de realizar el Viacrucis. Al final es un hecho que te toca una vez cada X tiempo, entonces, yo estaba muy ilusionado. No ha podido ser como queríamos, pero se pudo desarrollar en el interior de la capilla de una forma seria y correcta. Fue muy emocionante, a pesar de todo.
Ya lo ha mencionado anteriormente su Hermana Mayor sobre no dudar a la hora de cancelar una salida procesional debido a la climatología adversa, ¿aceptan los hermanos de buen grado esta postura?
Los hermanos lo aceptan, es más, no aceptarían de buen grado, creo yo, que nos arriesgamos. Hay que tener en cuenta que una de las funciones como Hermano Mayor, que yo lo he sido durante 9 años, es preservar tu patrimonio humano y material. El público luego es libre de opinar lo que quiera, pero, hay algo que debe predominar qué es el celo que tengas con tus hermanos y tu patrimonio. Entonces, por mucho que quieras salir, no hay nadie que tenga más ganas que nosotros, pero la responsabilidad es muy grande. Además, hay que asumir que si sales durante 25 años de manera impecable, pero llega un año que sales y te mojas en el colectivo se borra lo anterior y se quedan con la salida pasada por agua.