Albalá, el hermano pequeño del restaurante Mantúa, estrella Michelín en 2019, tiene el honor de haber sido el primer gastrobar que como tal abrió sus puertas en Jerez.
Fue en 2010 y al frente estaba un jovencisimo chef jerezanos al que todos pronosticaban un brillante futuro después de haberse curtido en los fogones de los más grandes.
Israel Ramos concibió un local distinto a lo que aquí se estilaba entonces. Lo hizo en el centro histórico, junto al Alcázar, para años después mudarse al actual, un local moderno y funcional frente a la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre.
Albalá sigue yendo por delante después de tres lustros. Lo lleva en su ADN. Recomendado por la Guía Repsol desde 2024 y un año más tarde por la Michelín, ofrece platos frescos, atrevidos y fundamente ricos. La carta da la vuelta en función de la temporada. En la línea de Mantúa, apuesta por el producto de proximidad y una cocina reconocible en su base.
Podría apostar por los arroces, las croquetas de rabo de toro, el sashimi de atún, el cremoso de tuétano y tartar de gambas o las láminas de atún con ponzu y cítricos.
Sin embargo, me quedo con el canelón de carrillera y pollo con bechamel de oloroso y trufa. Técnica, producto y sabor, mucho sabor, en un plato excelente.
ALBALÁ. Conjunto Residencial Valdespino, C. Divina Pastora, Bloque 6, 11403 Jerez, Cádiz.