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Cádiz

Presión institucional de los trabajadores del sector del metal en Cádiz

Censuran “la represión policial por las detenciones del martes, piden la dimisión de Blanca Flores, y buscan respaldo de Bruno García

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  • Manifestación del sector del metal en Cádiz. -

En torno a las 9.30 horas, el responsable de uno de los destacamentos de antidisturbios de la Policía Nacional se encaró con un par de representantes de los huelguistas que discurrían por la avenida principal de Cádiz para advertirles con gesto conciliador pero tono duro de que “hoy no vamos a permitir lo de ayer (en referencia a los graves incidentes registrados en diferentes puntos de la ciudad durante el primer día de huelga que se saldaron con seis detenciones y un viandante herido). “Tampoco queremos eso”, respondieron, al unísono, los trabajadores del metal. Ambas partes acordaron que los dos centenares de participantes de la protesta se dirigieran a los juzgados de Los Balbo sin provocar demasiadas incidencias en el tráfico, dado que la marcha era improvisada, y la Policía Nacional garantizó cierta distancia para que no pudiera saltar ninguna chispa que prendiera, de nuevo, el conflicto. Para entonces, se habían producido otros tres arrestos en la barriada del Río San Pedro, pero la tónica general era de calma tensa. Con mayor presencia de efectivos de los cuerpos y fuerzas de seguridad en los centros de trabajo y en la capital gaditana, los manifestantes, que partieron a las 7.30 horas del astillero de Navantia hasta la Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC) insistían en que no eran delincuentes, sino obreros, e incluso hacían saber a los medios de comunicación que no tenían intención de protagonizar algaradas.

De hecho, aunque dudaron, los trabajadores decidieron finalmente no plantarse ante la sede de la patronal, blindada, y dirigirse, en cambio, por medio de los barrios obreros a los juzgados, donde expresaron durante media hora su apoyo a los detenidos en la víspera con un “no estáis solos”; durante el día, por cierto, fueron puestos en libertad tras pasar a disposición judicial.

A partir de este punto, la protesta situó a las instituciones bajo el foco. Ante la Comisaría Provincial, clamaron contra “la represión”. Y, al llegar a la Subdelegación de Gobierno, reclamaron la dimisión de Blanca Flores por la actuación policial del martes. Finalmente, acordaron forzar un encuentro con el alcalde, Bruno García.

Durante todo el recorrido, los huelguistas recibieron aplausos puntuales de vecinos y compañeros, pero la llegada a San Juan de Dios fue apoteósica. “Kichi bajaba a dar la cara”, gritó, desafiante, uno de los trabajadores, justo cuando el primer edil se plantó en la plaza. Por un momento, dudó en dirigirse con el megáfono, como su antecesor, a la turba; finalmente optó por reunirse con una representación en el Ayuntamiento. Bruno García indicó que  tras escuchar sus argumentos, les ha dicho que “es una obligación el cumplimiento del convenio colectivo en el sector”, y apeló al diálogo y a que se llegue a un acuerdo entre las partes porque “es un sector fundamental para la ciudad del que viven muchas familias gaditanas”.

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