Me ha llamado la atención una noticia publicada en el eldiario.es por el periodista Ballesteros sobre el Rey Felipe VI muy interesante. Y dice que hay ocasiones en que el rey no sigue las recomendaciones de la Casa Real ni las del Gobierno, sino aquellas que a él más le agradan. Los actos de dicha institución deben comunicarse previamente a la presidencia del gobierno para su visto bueno. Y ello es así en base a la Constitución Española de 1978 que en su Título II, De la Corona, artículo 64, dice que: “los actos del Rey serán refrendados por el Presidente del Gobierno y, en su caso, por los Ministros competentes. Y de los actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden”. Esto quiere decir que el Rey no puede, ni debe hacer nada que no haya sido previamente refrendado por el Gobierno. De hecho, los discursos y sus intervenciones deben ser remitidas por la Casa Real para su supervisión y visto bueno.
Pues en ocasiones el Rey va por libre y la Casa Real no informa adecuadamente al Gobierno de sus actos. Por ejemplo, en el discurso que el rey Felipe VI pronunció durante la celebración de la Pascua Militar el lunes 6 de enero de 2025 en el Palacio Real de Madrid, omitió deliberadamente citar los actos del 50 aniversario de la muerte del dictador Franco, cuando esa alusión estaba en el discurso original que fue posteriormente modificado. Dicho discurso contenía una alusión a la dictadura de Franco como “una página oscura de nuestra historia común y un tiempo de división de los españoles, hoy felizmente superado”.
Ese borrador llegó incluso a estar colgado en la página web de la Casa Real y luego fue retirado y sustituido por el texto definitivo que desapareció del discurso oficial que el monarca pronunció finalmente ante la cúpula de los tres Ejércitos y la Guardia Civil. La referencia a la dictadura fue omitida. Fue una falta de sensibilidad del Rey ante las miles de víctimas que dejó el franquismo en los 40 años de dictadura. Nunca se dio este desplante en los actos contra ETA. Debe saber el rey que las víctimas son todas iguales, al margen de quienes sean sus verdugos.
El párrafo completo que figuró en la versión inicial del discurso y que no se llegó a pronunciar decía lo siguiente: “En el calendario de 2025 tenemos también muchas fechas señaladas: en primer lugar, se cumplen cincuenta años de los hechos que dieron paso al proceso de transformación de nuestras Fuerzas Armadas, ya desde los albores de nuestra democracia; un proceso de transformación que empezó tras el fin de la dictadura -una página oscura de nuestra historia común y un tiempo de división de los españoles, hoy felizmente superado- y tras la llegada al trono de mi padre, el Rey don Juan Carlos. Una metamorfosis que fue vital para el afianzamiento de la democracia en España y en el que la Corona desempeñó un papel esencial”. Todo esto se omitió deliberadamente.
Fuentes de Zarzuela señalaron que se trataba de “un borrador” al que se incorporan “unos elementos y se eliminan otros por extensión”. También añaden las fuentes que el texto definitivo es “el único del que se responde. Solo existe el discurso pronunciado”.
Respecto a su efímera publicación en la web de la Casa Real, apuntan que el borrador “tiene un proceso de tratamiento informático que, en este caso, permaneció en el sistema”. “Es una cuestión puramente mecánica que tuvo su reflejo en la web temporalmente”. No obstante, fuentes del Gobierno aseguraron que desde la Jefatura del Estado se llegó a presentar ese “guiño” como un “gesto demócrata” del rey aunque finalmente no se produjo. Esa no referencia a la dictadura de Franco llegó en plena polémica por la programación de eventos organizada por el Gobierno para conmemorar los 50 años de la llegada de la democracia a España tras la muerte del dictador en 1975.
Y al acto del pasado 8 de enero no acudió Felipe VI aduciendo problemas de agenda. El Rey tiene que saber que es de todos y que no pronunciar en su discurso de la Pascual Militar lo que representó para nuestro país la dictadura de Franco y las miles de víctimas y represaliados que hubo fue una falta de sensibilidad con esas personas. Además, el rey debió estar en los actos del 50 aniversario de la muerte del dictador, pues con su ausencia, hizo un flaco favor a la institución.
Que no olvide el Rey, la Corona, que podría desaparecer de España si los partidos de izquierdas así se lo propusieran. El PSOE, que lleva en sus principios históricos como partido de izquierdas ser republicano, lo dejó en suspenso al aceptar la Constitución y la Corona. Pero eso puede cambiar algún día. La Corona puede pender de un hilo y no debería ir por libre. Ejemplos tenemos. Uno de ellos la visita mal y tarde de los reyes a la población de Paiporta en el peor momento. Aquellas agresiones con fango, palos y demás elementos las sufrió más gravemente el presidente del Gobierno, que tuvo que salir escoltado por el peligro que corría de ser agredido. En esa salida algunos sujetos agredieron al coche oficial con golpes y palos, rompiendo un cristal. Toda una trama de la Casa Real montada para realzar la Corona, pues tanto el rey como la reina soportaron a los vecinos y se dieron un baño de masas. De ahí salió aquello de la valentía de los reyes al permanecer en ese lugar con la gente tan alterada y la cobardía de Sánchez que salió por patas (discurso de la derecha) y no que puso en peligro nada más y nada menos que al presidente del Gobierno. Esa fama la buscó el rey, o la Casa Real, que sabía que eso iba a pasar, ya que no era el momento ni el día. Esperó al momento que más publicidad le podía dar a la Corona. Que no se olvide el Rey que está en España gracias a este Gobierno y al grupo de izquierdas. La Corona debe representar a todos. Que no se le olvide a Felipe VI.
