El tiempo en: Jaén
Publicidad Ai
Publicidad Ai

El cementerio de los ingleses

Dicotomía, equidistancia y neutralidad

La dicotomía, a menudo, lleva implícita una falacia que consiste en ignorar otras opciones

Publicado: 23/03/2025 ·
13:24
· Actualizado: 23/03/2025 · 13:24
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Autor

John Sullivan

John Sullivan es escritor, nacido en San Fernando. Debuta en 2021 con su primer libro, ‘Nombres de Mujer’

El cementerio de los ingleses

El autor mira a la realidad de frente para comprenderla y proponer un debate moderado

VISITAR BLOG

El bien o el mal, la izquierda o la derecha, azul o rojo (o rosa, o morado, según el caso), Madrid o Barcelona, Cádiz o Sevilla, blanco o negro, cal o arena... Desde siempre se ha utilizado la dicotomía para simplificar las opciones de elección o para plantear una falaz obligación de elegir, de tomar partido. Precisamente bajo otra dicotomía falaz: conmigo o contra mí.

Del mismo modo, la manipulación de esto que acabo de decir lleva a otro vicio simplista, a tratar de reducir al máximo las opciones a analizar a la hora de elegir, de decidir, de opinar o de sacar una conclusión: la equidistancia. Es decir, poner al mismo nivel las dos opciones entre las que se supone que debíamos elegir. Esa equidistancia nos permite ahorrarnos el análisis si el asunto no nos interesa o si nos resulta demasiado complejo. O la que permite adoptar una apariencia neutral y moderada a la hora de resolver, precisamente, una dicotomía.

Sin embargo, entre dicotomía o equidistancia, existe una tercera opción: la neutralidad. Básicamente consiste en no tomar partido, por desconocimiento, desinterés o indecisión, por ninguna de las opciones. Por ejemplo, si el país A está en guerra con el país B, podemos tomar partido por uno de ellos, afirmar que los dos están cometiendo atrocidades o podemos tomar partido por uno de ellos, afirmar que los dos están cometiendo atrocidades o adoptar la postura neutral: no conozco la situación, no sé quién debería ganar o perder, sólo sé que quiero que acabe ya. Adoptar la postura neutral: no conozco la situación, no sé quién debería ganar o perder, sólo sé que quiero que acabe ya.

La dicotomía, a menudo, lleva implícita una falacia que consiste en ignorar otras opciones: si hemos de elegir entre el Real Madrid o el FC Barcelona, estamos pasando por alto al Atleti, a la Real Sociedad y a cualquiera de los otros dieciocho equipos que componen la Liga de Primera División. Pero, tomando esa falacia por buena, podemos ser equidistantes y afirmar que los dos son grandes equipos, cuentan con presupuestos mastodónticos y suelen ser favorecidos por el arbitraje y los estamentos deportivos. También se puede ser neutral, como es mi caso: yo soy del San Fernando CD. También podría ser que no me gustase el fútbol.

Donde la dicotomía nos permite ignorar un número n de posibilidades, la equidistancia nos permite desentendernos (“los dos bandos mataron en la Guerra Civil”) o tomar una posición ignorando variables que habría que tener en cuenta. Por ejemplo, cuando la autodenominada Junta Democrática vende un discurso de abstención electoral, parece neutra animando a que nadie vote. Sin embargo, lo hacen ocultándote que sólo desmovilizan una parte del electorado porque otras votan en masa: el efecto de esa equidistancia es que una opción concreta pueda ganar las elecciones. Otro ejemplo, actual, es el empeño en disfrazar de guerra un genocidio y poner al mismo nivel a agresores y agredidos: unos dirán que Israel se defiende tras el atentado terrorista de Hamas. La realidad es que Israel lleva décadas agrediendo a Palestina y, cuando esta se defiende, lo llamamos terrorismo. En mi opinión, la neutralidad no cabe en este conflicto y lo que debe evitarse es la equidistancia.

En una cita que tuve, se planteó una dicotomía: la persona con quien quedaba me planteó ir de cena o al cine. Lejos de optar por una de las dos opciones, respondí que elegir es renunciar. Fui equidistante (“las dos son buenas opciones”) y neutral (“podemos hacer ambas cosas”). La cita fue un éxito. Otros contextos no ofrecen esa posibilidad.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN