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El cementerio de los ingleses

Ponte las pilas

En resumen, no dejen para después la vida ni lo importante. ‘Carpe diem’ no es sólo un eslogan para pensar en disfrutar y salir de fiesta

Publicado: 04/05/2025 ·
14:39
· Actualizado: 04/05/2025 · 14:39
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Autor

John Sullivan

John Sullivan es escritor, nacido en San Fernando. Debuta en 2021 con su primer libro, ‘Nombres de Mujer’

El cementerio de los ingleses

El autor mira a la realidad de frente para comprenderla y proponer un debate moderado

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La semana pasada comenzó con el suceso que va a dar que hablar durante semanas,meses o a saber cuánto tiempo; no es una pandemia mundial, apenas duró un día en el peor de los casos, pero para la mayoría era la primera vez que se veía algo así. Sin duda, el apagón eléctrico que afectó a España, Francia, Andorra y Portugal ha sido otro de esos eventos que se consideraba imposible y que va a obligar a pensar en un después. De momento, ya se habla de tomar medidas para que no vuelva a ocurrir algo así. Pero, aunque ha sido el evento que ha dado pie a esta columna, no es del apagón del que quiero hablarles hoy...

A mí, particularmente, me hizo pensar bastante. No sólo porque gran parte de nuestro ocio esté ocupada con redes sociales, streaming o Internet en general, sino porque después de volver de vacaciones y de haber estado en la Feria del Libro de Oleiros (A Coruña) tenía tareas domésticas pendientes que no pude hacer ese día (colada, cocinar para varios días, alguna reparación...). Lo de cocinar, más o menos podía apañarlo. Teniendo jardín y barbacoa, no se queda uno sin comer. Pero quedarse sin calzoncillos limpios o sin agua caliente son riesgos que nadie quiere correr y hacen reflexionar.

Sin embargo, tampoco es de eso de lo que quiero hablarles hoy, aunque fuera donde empezó mi reflexión. No se me adelanten, tampoco pretendo disertar sobre la dependiencia de la electricidad que tenemos a día de hoy. En realidad, todo empieza por ver lo que pasa cuando lo dejas todo para después. Cuando planeas todo sin tener en cuenta los imprevistos, esos que una conocida mía suele llamar “imponderables”, ocurre que te puedes ver sin soluciones para algo que ni habías imaginado. Como todo el país el lunes pasado, vaya.

Partiendo de este pensamiento preliminar, referido a lo material y a problemas del primer mundo como no poder lavar la ropa o no poder compartir un vídeo en Instagram, empezaron a llegar otros ejemplos más profundos. Pensé en cuántas oportunidades dejamos pasar creyendo que habrá otra; cuántos abrazos no hemos dado por dejarlos para otro día, cuántos te quiero no hemos dicho o cuántas veces nos hemos guardado un beso... sin pensar que a esa persona que los merece o a la relación que los amerita también se les puede ir la luz.

Creo que vivimos en la paradoja de pensar tanto en el aquí y ahora que no vivimos del todo el aquí y ahora: perdemos la capacidad de priorizar, valoramos la procrastinación aunque no acertemos eligiendo qué dejamos para después; al final, lo importante es lo que queda postergado y, cuando viene algo tan imprevisto como ese apagón de hace sólo siete días, nos vemos a oscuras, con esa ocasión perdida y sin depender de nosotros que volvamos a tenerla. Como me pasó con la colada, puede pasar con ese perdón que quedó pendiente.

En resumen, no dejen para después la vida ni lo importante. Carpe diem no es sólo un eslogan para pensar en disfrutar y salir de fiesta (que también); también debe recordarnos que tempus fugit, que además no sabemos que obstáculos e “imponderables” hallaremos y que dejar esos pequeños grandes momentos para después puede ser fatídico. 

Aplazar ese abrazo, ese perdón, ese te quiero, ese café con tus padres o esa tarde en el parque con tus hijos es en la vida como el frenazo en ese calzoncillo que no pude lavar (bueno, el martes sí, cuando vino la luz de vuelta). Así que no permitas que un apagón, un imprevisto, te prive de esos momentos que son la vida. Ya sabes, ponte las pilas.

 

 

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