San Fernando no es la ciudad con más barreras arquitectónicas de España, pero tampoco la que menos tiene. Puede que esté en un término medio, como la mayoría de los pueblos y ciudades, pero tiene algo que la diferencia de otras muchas poblaciones. O mejor dijo, de la mayoría menos de cinco.
Cuenta con uno de los seis Centros de Recuperación de Minusválidos Físicos (CRMF) del Imserso, por lo que existe una conciencia especial por todo lo que impida la circulación en igualdad de condiciones a todas las personas. Y además, por el hecho de contar con un centro de las características del CRMF, cuanta con más personas con minusvalías obligadas a transitar en silla de ruedas.
Pero las barreras arquitectónicas no son obstáculos sólo para personas en estas condiciones, sino para gran parte de la población. Porque si bien ir en una silla de ruedas es un calvario para quien tiene que hacerlo por los muchos obstáculos que encuentran, otras barreras menos pronunciadas también suponen un freno para la circulación de personas mayores o con problemas de movilidad reducidad.
Movilidad reducida
Porque el tema no es la minusvalía, sino la movilidad reducida que afecta a muchas más personas y que obliga a las autoridades a poner en marcha programas de infraestructuras que en muchas ocasiones dependen más de la voluntad política que del dinero. Aunque también.
Es sabido que el Ayuntamiento de San Fernando mantiene un compromiso con el CRMF de San Fernando para abordar el problema y arbitrar soluciones. Y fruto de ese compromiso, de ese asesoramientos de los que más problemas tienen para moverse, es el proyecto que está ya redactado y espera ponerse en marcha a la mayor brevedad.
Ese proyecto tiene como objetivo la adaptación de los pasos de peatones existentes y la ejecución de otros nuevos, cambio de señales y obstáculos para crear una serie de itinerarios adaptados a los puntos más importantes de la ciudad. Estos itinerarios han sido consensuados con los técnicos del CRMF.
Los trabajos que se llevarán a cabo consisten en la demolición de los pasos de peatones que no estén adaptados, ejecución de pasos de peatones adaptados, adecuación de los pasos de peatones existentes, cambio de señales a banderola, colocación de nuevas señales, restitución de tramos de acerados, protección de itinerarios con barandilla y señalización en el suelo con logotipo informativo.
Las actuaciones
En total van a ser 63 actuaciones entre la adaptación de pasos de peatones, ejecución de nuevos, losa de hormigón, cambio de señal a banderola, reparación de acera, poner señal vertical tráfico) repartidas por toda la ciudad
Las distintas zonas en las que se va a actuar son las del CRMF, Rotonda de la plaza de Camposoto, Parque del Oeste, Estación de Ferrocarril, Bahía Sur, la zona del Centro de Ocio San Fernando Plaza, Parque del Barrero, Parque Almirante Laulhé, Plaza de la avenida Reyes Católicos, Paseo General Lobo, Venta de Vargas, Muelle de Gallineras, Ronda del Estero, Centro Histórico y Casería de Ossio.
Y cuando se habla de que depende de la voluntad política más que del dinero -independientemente de la valoración que cada uno haga de un proyecto de esa envergadura- es porque el presupuesto del que se dispone no es excesivamente alto. En total va a costar 85.400 euros y las obras van a tener un plazo de ejecución de tres meses desde la adjudicación de las mismas.
El delegado de Vías y Obras, Pascual Junquera, ha sido uno de los más involucrados en este proyecto desde que se estableciera la necesidad de acometer obras de este tipo y se llegara al acuerdo de colaboración con el CRMF.
Luego, técnicos municipales y técnicos del centro del Imserso han ido hilvanando datos para lograr pintar el mapa de actuaciones que recorre toda la ciudad y que se verá ampliado en sucesivas fases hasta que no quede un sólo punto adaptado a las personas con movilidad reducida que pueda haber en San Fernando.
Creadas dos señales
La implicación personal y profesional del delegado de Vías y Obras, entre otros cometidos dentro del Área de Desarrollo de la Ciudad, ha sido tal que incluso ha creado una señal para indicar a las personas con movilidad reducida por dónde circular sin temor a las barreras arquitectónicas y qué trayectos evitar precisamente por esas barreras.
Ha diseñado dos señales que indican por dónde se puede transitar y en los casos en los que exista un cruce, cuáles son las direcciones sin problemas. Se instalan en los pasos adaptados de estos itinerarios en los extremos de cada manzana dos losas de 40x40 centímetros de granito artificial pintadas de fondo azul y logotipo de minusválido blanco para que los usuarios de sillas de ruedas sepan que al otro lado de la manzana también está adaptado y no sentirse atrapado en un acerado sin salida, sobre todo en acerados del caso que son estrechos y no pueden dar la vuelta. Obviamente, esa señal hay que homologarla y darla a conocer.
