Pablo Álvarez, el
astronauta español seleccionado por la Agencia Espacial Europea (ESA), ha visitado por primera vez las
instalaciones de la Agencia Espacial Española en Sevilla, donde ha compartido su
experiencia y detalles sobre su
preparación para la que será su
misión en la Estación Espacial Internacional (ISS).
Juan Carlos Cortés, presidente de la Agencia Espacial Española, ha querido destacar el avance que ha tenido la Agencia desde el nombramiento de la sede en Sevilla en 2022. Actualmente, la
plantilla se encuentra
cubierta al 99% y sumará
20 plazas más.
El astronausta también es el
invitado de honor de la
primera edición del foro New Space & Solutions, evento que reunirá a representantes de destacadas agencias espaciales como la
Administración Nacional de Aeronáutica y el
Espacio de Estados Unidos (NASA), la
Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA), la
Agencia Espacial Europea (ESA), y las
agencias de Portugal, Italia o España, entre otras.
"Ser el
primer astronauta español desde
Pedro Duque es un
honor enorme". Y es que Álvarez, quien fue elegido para formar parte de la
nueva generación de astronautas de la ESA en 2022 tras un proceso de
18 meses, se encuentra a tan sólo unos pasos de embarcarse en una
misión de seis meses en el espacio, convirtiéndose en el
primer astronauta español en hacerlo desde Pedro Duque hace 30 años. Durante su intervención, Álvarez destacó el
arduo proceso de selección al que fue sometido, en el que participaron más de
23.500 aspirantes. Finalmente, junto a otros
cuatro astronautas, fue elegido para representar a
España en la exploración espacial.
Por su parte,
Juan Carlos Cortés ha subrayado el
crecimiento de la Agencia Espacial Española en Sevilla en sus dos años de existencia: "Tenemos el
99% de la plantilla cubierta y en breve
sumaremos 20 plazas más. Además, estamos trabajando en una
estrategia espacial nacional y en la
futura ley del espacio".
El astronauta ha detallado el
riguroso entrenamiento que ha superado:
supervivencia en entornos extremos,
maniobras en la
centrifugadora para simular el
lanzamiento y
la reentrada a la Tierra, formación en
medicina de emergencia y
ejercicios de adaptación a la microgravedad. "He aprendido a
ponerme una vía, a hacer
reanimación cardiopulmonar en gravedad cero y a reconocer los
síntomas de la hipoxia, que es cuando el cerebro no recibe suficiente oxígeno", ha explicado.
Uno de los momentos más desafiantes de su formación ha sido el
entrenamiento en la piscina de Houston, que
recrea las condiciones de una caminata espacial. "Trabajamos unas
seis horas bajo el agua con un traje de 150 kilos, simulando procedimientos reales. Es como
nacer al revés", ha comentado entre risas.
Álvarez ya ha concluido su formación básica como astronauta: "El plan es
volar antes de 2030", ha confirmado, ilusionado por la oportunidad de contribuir a la ciencia en órbita. Su misión en la ISS incluirá entre
200 y 250 experimentos en microgravedad, desde el
estudio de materiales hasta investigaciones médicas. "Nuestro trabajo tiene un
impacto directo en la ciencia que se desarrolla en la Tierra", explicó Álvarez.
El astronauta también ha querido enviar un
mensaje a los jóvenes españoles que sueñan con el espacio: "
La única forma de no ser astronauta es no intentarlo. Es un camino difícil, pero posible".