Sevilla y todas las
poblaciones que se encuentran en el cauce del Guadalquivir esperan con una
tensa calma la llegada de la nueva borrasca, llamada Martinho, que se sumará al caudal ya de por sí crecido de los ríos y a las aportaciones que siguen llegando de los
embalses de la cuenca,
tres de ellos aún en nivel rojo y que continúan aliviando ante la previsión de otro episodio de lluvias que mantiene
activados los planes de emergencia y especiales de numerosas localidades.
Entre ellas, la capital, Sevilla, que ha pasado un
miércoles de transición tras cerrar las compuertas del
muro de defensa de Triana sin registrar ningún incidente de relevancia. Lo ponía de manifiesto a primera hora el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, que también apuntaba que el muro situado en la Vega “
tiene una cota de 8,5 metros y se anuncia que el río pudiese crecer hasta los 5 metros, por lo que no hay motivo para alarmarse”.
Eso sí, dejaba claro que “se está pendiente de la llegada de la nueva borrasca que anunciaba la Aemet durante este jueves, ante unos
partes meteorológicos que son muy cambiantes” y que se prolongarán hasta el viernes, por lo que habrá que
vigilar la crecida del río, no solo por las lluvias, sino también por los desembalses.
De hecho, la llegada de la borrasca, además de con lluvias, se prevé con
fuertes rachas de viento, por lo que el Ayuntamiento ha activado el
cierre de parques ante los fenómenos meteorológicos adversos previstos por la Aemet.
Además de los parques, también serán
cerradas las instalaciones deportivas al aire libre, el Cementerio Municipal y Real Alcázar “ante las fuertes rachas de viento previstas”, pidiendo extremar la precaución en la conducción, especialmente al adelantar a camiones por el “efecto pantalla”, en zonas de arbolado y con estructuras mecánicas, y reclama recoger toldos y cualquier objeto que pueda caer al vacío.
El Palmar y Cantillana
No es sólo Sevilla la que estará pendiente de esta crecida. El consejero de la Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa, Antonio Sanz, anunciaba la activación de un plan especial por posibles inundaciones en
El Palmar de Troya, con vecinos ya desalojados, y en Cantillana.
En el primero se ha instalado ya un
puesto de mando avanzado dada la situación “de riesgo que vive la zona” y que ha provocado el desalojo de siete viviendas pero que se puede extender a una decena más con las nuevas precipitaciones. En cuanto a Cantillana, se dará
apoyo con medios de Protección Civil, además de la Policía local, bomberos e Infoca.
Según el consejero, hay diez ríos de la cuenca del Guadalquivir que tienen una “alerta y riesgo de nivel rojo”, de posible desbordamiento. “
Un riesgo muy alto y, por tanto, la situación de amenaza y de riesgo no ha cesado en ningún caso”, decía Sanz para insistir en la concienciación ciudadana para que, en las zonas de riesgo como arroyos, vados y cauces, eviten los desplazamientos innecesarios y siempre teniendo en cuenta la información de tráfico y sobre el estado de las carreteras.
De hecho, el paréntesis sin lluvias ha permitido
reabrir la mayoría de las carreteras que se encontraban cerradas en la provincia, incluida la AP-4 entre Sevilla y Cádiz, y sólo están
intransitables la SE-4104 en Alcolea del Río y la CHG-BG-01 en Maribáñez.
Según Sanz, el nuevo frente que se avecina se abordó este miércoles en la reunión de análisis y coordinación del Plan de Emergencia ante el Riesgo de Inundaciones (PERI), en el Centro de Coordinación de Emergencias del 112 Andalucía, de Sevilla, sobre todo, como consecuencia de la
crecida del caudal del río Guadalquivir a raíz de las precipitaciones y el desembalse de los pantanos de la cuenca. La reunión ha sido presidida por el presidente de la Junta, Juanma Moreno.
El consejero ha insistido en advertir de que
“llueve sobre mojado y todo lo que cae, cuesta mucho trabajo que se absorba”, al tiempo que la situación de los embalses está conllevando que haya que desembalsar el agua, de manera que “estamos ante una situación compleja”.
De hecho, la Conferencia Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) mantiene el
nivel rojo en los embalses de El Agrio, Melonares y Torre del Águila, que continúan en alerta por posible desbordamiento o inundaciones y desembalsando, mientras que han bajado a nivel amarillo los de El Gergal, el Huesna y El Pintado.
Además de los tres primeros, también
desembalsan agua Cala, Minilla, El Agrio y Aracena, que sumarán más aportaciones a los ya crecidos ríos.
De hecho, sigue en
nivel rojo la rivera del Huesna a su paso por Villanueva del Río y se mantiene el
nivel naranja en el Guadiamar, en Aznalcázar y El Guijo, y el Corbones a su paso por Lora del Río.