La crisis y las altas temperaturas que se están registrando en la Feria de Abril de Sevilla -que este año cae en mayo- han cambiado los hábitos de los feriantes, que llegan más tarde de lo normal, cuando cae la tarde y hace menos calor, y además consumen menos porque ya han comido en sus casas.
Con hasta 35 grados a la sombra, temperatura que sube algo más dentro de las 1.049 casetas de lona que forman el recinto, el público está siendo reacio a asistir al Real sobre las tres de la tarde, como solía ser lo normal antes de la crisis para comer con amigos, familiares o compañeros de trabajo.
Por culpa del calor y la escasez de recursos, ahora se llega a la Feria más tarde, cuando empieza a refrescar, como lo confirman los datos del metro, que ayer transportó a 134.000 personas, un 3 por ciento más que el miércoles del año anterior, y con una franja de máxima afluencia entre las 20.00 y las 22.00 horas.
También se ha constatado que los autobuses urbanos han transportado un 8 por ciento más de viajeros que el año pasado, con 135.000 personas.
Otro dato que confirma que aún no se ha superado la crisis es que los 1.400 coches de caballo con permiso para acceder al Real siguen sin tener impedimento para ir cuando quieran, mientras que hace dos años había restricciones para los números pares o impares porque no cabían todos a la vez.
Las previsiones meteorológicas apuntan a que se mantendrán las altas temperaturas en los próximos días, cuando se espera la llegada de más turistas a Sevilla y que se ocupen el 85 por ciento de las plazas hoteleras, según los datos facilitados a Efe por la Asociación de Hoteles de Sevilla.
Esa ocupación confirma, según los hoteleros, que ha sido positiva la decisión adoptada el año pasado de separar la Semana Santa dos semanas respecto a la Feria y dejando el Puente de Mayo por medio para aprovechar dos periodos de fuerte presencia de turistas en vez de uno.
De la misma opinión es el Ayuntamiento de Sevilla, cuyo delegado de Seguridad y Movilidad, Juan Bueno, ha señalado en la rueda de prensa diaria sobre la Feria que, a falta de que la fiesta concluya el próximo domingo, están "profundamente satisfechos" de la decisión que adoptaron a instancias de empresarios y sindicatos.
Todos los datos determinan que esta Feria está siendo "absolutamente notable" y ningún aspecto hace pensar que es peor respecto a la de otros años, ha concluido Bueno, que ha destacado el hecho de que en los primeros días de la fiesta hay más afluencia de público, menos incidencias y se resuelven de forma más rápida.
Los servicios municipales de limpieza retiraron ayer casi 200.000 kilos de basura, un 9 por ciento menos que el miércoles de la Feria anterior, lo que el delegado no relaciona directamente con un menor consumo de los asistentes, relación que sí se ha hecho en anteriores ferias.
Uno de los problemas que siguen preocupando en el Ayuntamiento es el botellón que los jóvenes hacen en la Feria y en las calles adyacentes, que se combaten "en la medida de lo posible" con un dispositivo especial, hasta ahora con resultados "satisfactorios", ha apuntado el delegado municipal.
En el balance del Centro de Coordinación Operativa del Ayuntamiento, Bueno ha destacado que se hicieron 123 pruebas de alcoholemia y dieron positivas ocho, y los nueve ingresos hospitalarios de las 296 atenciones sanitarias realizadas, 35 de ellas por intoxicaciones etílicas.
Tampoco se libran de la crisis este año los toros, con la Maestranza sólo registra media entrada de público, lo que ocurre el mismo año del "plante" protagonizado por cinco figuras del toreo agrupadas en el denominado G-5: Manzanares, Morante de la Puebla, El Juli, Talavante y Perea.