Dieciséis personas pertenecientes a los clanes de los Novalios, los Tatos y La Línea se exponen a entre trece y cinco años de cárcel y multas de hasta 3,4 millones de euros por contrabando de tabaco, blanqueo de capitales, banda criminal y tenencia de armas, delitos por los que serán juzgadas en Sevilla.
La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla ha reservado ocho días de junio para enjuiciar, entre otros, al matrimonio formado por Eugenio N.C. y Eusebia F.G., sus hijos y sus nueras, todos miembros de los Novalios, cuya "única actividad profesional conocida" es el tabaco ilegal, según la Fiscalía.
En su escrito provisional, al que ha tenido acceso Efe, el Ministerio Público cuenta que el patriarca y su hijo Eugenio N.F. eran los "coordinadores y directores" de toda la organización y almacenaban la mercancía en sus casas de Tomares y Castilleja de la Cuesta.
El clan la vendía después en el mesón Los Novalios, en Camas, y en un quiosco en Mairena del Aljarafe.
Los acusados por parte de los Tatos, que operaban desde Sevilla capital, son los hermanos José y Juan A.N., su madre, sus parejas y la suegra del primero.
Los cuatro procesados del clan de La Línea, por su parte, ocultaban el tabaco en "un lugar desconocido" de Cádiz y después se lo llevaban a las dos familias sevillanas.
Los grupos estaban "perfectamente interrelacionados", de modo que el patriarca de los Novalios "armonizaba y coordinaba todas las operaciones" y su hijo Eugenio "contactaba con los otros clanes y encargaba los envíos".
Casi todos los enjuiciados "cooperaban de forma relevante" en el contrabando, que les reportaba "importantes beneficios".
Para blanquear esas ganancias, delito en el que no participó el clan de La Línea, los Novalios "compraban inmuebles y vehículos" o invertían el dinero en productos financieros, mientras que los cabecillas de los Tatos "convencieron" a sus parientes para que, a pesar de su "absoluta inactividad laboral", pusieran a su nombre "vehículos, fincas, dinero y enseres" obtenidos gracias al contrabando, según la Fiscalía.
Tras vigilar a los investigados entre agosto y noviembre de 2012, la Guardia Civil realizó varios registros e intervino más de 45.000 cajetillas de tabaco con un valor de 278.754 euros, así como 150.000 euros en efectivo, veintidós vehículos o varias armas de fuego.
Además de indemnizar a Hacienda, el Ministerio Público pide trece años de cárcel para el patriarca de los Novalios y dos multas con un importe total de 3,4 millones de euros por un delito contra la Ley de Represión del Contrabando, organización criminal, blanqueo y tenencia ilícita de armas, mientras que su hijo Eugenio se expone a once años y medio por todos los delitos excepto el último.
El fiscal también reclama un total de diez años y medio para la matriarca del clan y nueve años para cada miembro restante.
Para los hermanos que lideran a los Tatos pide nueve años y 1,4 millones en multas más otros diez meses para José A.N. por tenencia, mientras que el resto del clan se enfrenta a cinco años y multas de un millón cada uno.
En el caso del clan de La Línea, la Fiscalía exige seis años de cárcel y multas de 400.000 euros a cada miembro y otro año más para Francisco Javier M.P. por un delito contra la seguridad vial, ya que en octubre de 2012 esquivó un control en la autopista Cádiz-Sevilla y protagonizó una "alocada huida" antes de ser detenido.
Sevilla
Juicio contra tres clanes acusados de contrabando de tabaco desde Tomares y Castilleja
Serán 16 personas las que se sentarán en el banquillo, donde se enfrentan a penas que van desde los 13 a los cinco años de cárcel
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