La falta de aseo en los ancianos puede contribuir a que aparezcan problemas importantes de salud

Publicado: 10/02/2013
Desde ESAD y la SEGG recomiendan un aseo adecuado como medida de prevención
La falta de aseo en los ancianos es un factor que puede contribuir, "junto a otros", a que aparezcan problemas importantes de salud como las ulceras, tal y como ha asegurado a Europa Press la miembro del Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD) de la Consejería de Salud de la Comunidad de Madrid, la enfermera Eva Sanz.

   A su juicio, la formación de estas infecciones se produce por una "causa multifactorial", en la que intervienen la escasa higiene, las enfermedades orgánicas y la inmovilidad. Por ello, apuesta porque estas personas estén bien aseadas, y es que, además de ser un factor de riesgo si no se practica, el aseo "ayuda a la detección precoz de problemas de la piel".

   En el caso de que la persona mayor no se encuentre en unas condiciones higiénicas aceptables, ésta puede padecer "piel seca o macerada, pliegues con infecciones fúngicas y problemas en la boca", también causados por una infección, sostiene Sanz. En cuanto a las zonas de apoyo, la enfermera subraya que deben ser vigiladas, ya que es una zona susceptible de aparición de úlceras.

   Éstas pueden ser de índole vascular, que tienen su lugar de aparición en las extremidades, o causadas por la presión, y sus consecuencias "pueden ser importantes", indica. Así, y como ejemplo, expone que los diabéticos deben tener especial cuidado, ya que pueden padecer úlceras arteriales.

   Por ello, Sanz manifiesta que es necesario durante el aseo "vigilar bien los pliegues y utilizar productos de barrera, secar adecuadamente la piel e hidratar en zonas afectadas". Además, ante determinados problemas se debe advertir al profesional sanitario.

ES RECOMENDABLE LA LIMPIEZA DIARIA DE LA CARA Y LOS GENITALES

   De cualquier forma, señala que, "en ocasiones, no hace falta ducharse todos los días", algo que considera que "depende de la situación del anciano". Lo que sí se recomienda que se higienice de manera diaria es la cara y los genitales, pero el resto del cuerpo "se puede programar varios días a la semana".

   De este modo, afirma que hay partes del cuerpo a las que hay que ofrecer un "especial" cuidado, como son "las uñas, el cabello, los pies y la boca". "Yo no haría tanto una recomendación en cuanto a la frecuencia, pero sí en que el cuidado fuera adecuado", explica al respecto al tiempo que señala que el cortado de las uñas y el lavado del cabello deben hacerse una y dos veces a la semana, respectivamente.

   En cuanto a la explicación que encuentra en que algunas personas mayores no presenten un estado higiénico adecuado, algo que considera que "no es frecuente", Sanz apunta a razones "culturales, físicas y funcionales". Así, explica que algunos baños de los ancianos "tienen barreras", las cuales pueden eliminarse "con un plato de ducha".

   "Hay que intentar que el baño esté adaptado para que la higiene se pueda realizar de manera adecuada", continúa al respecto. A su juicio, el descuido de la higiene puede ocurrir "por falta de movilidad y accesibilidad", además de por problemas físicos, como "pérdida de la destreza de las manos".

LOS RECORTES EN LA LEY DE DEPENDENCIA INCIDEN EN LA FALTA DE FORMACIÓN

   La coordinadora del Grupo de Dependencia de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), María Ángeles García, ha confirmado en este sentido a Europa Press que los recortes efectuados en la Ley de Dependencia "están incidiendo en la falta de adiestramiento de las familias".

   Además, esta situación se agrava por el hecho de que muchas familias están haciendo a sus mayores retornar al hogar desde la residencia "por motivos económicos", señala. "La inmensa mayoría de los cuidadores están optando por solicitar la prestación económica para cuidados en el entorno familiar, la cual está recogida en la Cartera de Servicios de la ley", sostiene.

   A su parecer, esta coyuntura provoca que se esté prescindiendo de la colaboración de otros profesionales, algo que "necesitarían los grandes dependientes", apunta García. Por ello, la trabajadora social lamenta que la norma regulatoria referente a la dependencia "no esté facilitando formación a las familias para k puedan asumir los cuidados que requieren los mayores".

   Para intentar llenar este vacío, la SEGG presentará en su congreso nacional del próximo mes de junio un manual con información acerca de las habilidades y los cuidados que los familiares o los cuidadores informales deben conocer. A su juicio, este documento es necesario también porque se ha recortado el número de horas de trabajo de los trabajadores sociales.

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