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sociedad

Un tercio de países cobra toda o parte de la matrícula en Secundaria

Menos oportunidades

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Cerca de 61 países -- de un total de 189 analizados-- siguen cobrando matrícula para toda o alguna parte de la educación de nivel secundario, según se desprende del informe 'Cambiando la Suerte de los Niños', publicado por el Centro de Análisis de la Política Mundial, en el que se analizan cuestiones como la pobreza, la discriminación, la educación, la salud, el trabajo infantil, el matrimonio infantil y el cuidado de los padres.

   En el documento se precisa que, si bien la enseñanza primaria universalmente gratis se ha convertido en una realidad para la mayoría de los niños del mundo (en 166 de los 174 países de los que había datos disponibles) no sucede lo mismo en el caso de la educación secundaria, ya que 61 países siguen cobrando matrícula para toda o alguna parte de la educación de nivel secundario.

   Por ello, los autores del informe han hecho un llamamiento para no poner precio a la educación, especialmente en la Secundaria, ya que la educación secundaria de calidad y las oportunidades de empleo que ofrece "es la clave para sacar a la gente joven de la pobreza".

   El informe también señala que seis países no tienen una edad mínima legal para el empleo y en otros cinco países los niños pueden ser puestos a trabajar entre los 12 y los 13 años de edad, a los 14 años en 29 países, y a los 15 en 63 países. Por este motivo, piden proteger a los niños y jóvenes de largas jornadas laborales que "interfieren en el éxito en los estudios".

   El documento analiza el caso de las niñas, especialmente vulnerables al matrimonio prematuro, ya que en 54 países está permitido que se casen entre uno y tres años antes que los niños, lo que a menudo significa que abandonen la escuela. En este punto, los autores del documento abogan por el establecimiento de una edad mínima para el matrimonio, que sea igual para ambos sexos y lo suficientemente alta como para que los niños y jóvenes puedan completar la educación secundaria.

   Por otro lado, mientras que 167 países han establecido un salario mínimo nacional, en 40 de ellos un adulto que trabaja con un hijo a cargo tiene que subsistir con 2 dólares o menos por persona por día. Además, si bien la mayoría de los países garantizan permisos por maternidad --en ocho no, entre los que se encuentra Estados Unidos--, muchos de ellos no cuentan con arreglos similares para los padres.

   En el caso de los menores con discapacidad, sólo 58 países en todo el mundo proporcionan beneficios específicos en efectivo o suplementos para cubrir las necesidades de los niños con discapacidades. En este sentido, 73 países incluyen a los niños con discapacidad en las mismas aulas que los niños sin discapacidades, en 62 lo incluyen en las mismas escuelas, pero no necesariamente en las mismas clases, y en 28 los educan por separado.

OPORTUNIDADES PARA LOS NIÑOS

   Según los autores del informe, los gobiernos, tanto en los países desarrollados como en desarrollo, "no están tomando en serio los pasos acordados en las conocidas áreas críticas para marcar una diferencia en las oportunidades de los niños". Por ello, quieren  centrar la atención mundial en estos temas para asegurar que las políticas vigentes en materia de protección de la infancia y la plena aplicación de las nuevas medidas introducidas "permitirán el desarrollo completo del niño y su salud".

   Además, piden aumentar el nivel de estudios de los maestros, acompañados de mejores salarios y capacitación para asegurar que hayan suficientes maestros calificados; asegurar que los salarios mínimos sean lo suficientemente altos como para que las familias salgan de la pobreza sin recurrir al trabajo infantil para complementar el ingreso familiar y la prestación de asistencia financiera a familias de bajos ingresos para apoyar a los niños; y asegurar que las políticas laborales se apliquen en los puestos de trabajo y permitan a los padres cuidar de sus hijos.

   También insisten en asegurar que las protecciones legales y constitucionales creen "una base sólida" de protección contra la discriminación para todos los niños y adultos de todo género, etnia, empleo, religión y sexualidad y atender las necesidades especiales de los niños con discapacidades, incluido su acceso a la educación inclusiva y la provisión de ingresos complementarios para satisfacer sus necesidades especiales.

   "El progreso de las últimas décadas ha demostrado que donde hay voluntad, hay una manera de hacer cambios drásticos en la vida de los niños, desde la supervivencia a la educación básica", ha asegurado la  decana de la Escuela Fielding de Salud Pública de la Universidad de California (UCLA), fundadora y directora del Centro de Análisis de la Política Mundial, además de co-autora del informe, la doctora Jody Heymann.

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