El Papa Francisco ha pedido a los españoles que "dialoguen" si no como hermanos "al menos como civilizados". "Si después del diálogo quieren insultarse, bueno, pero por lo menos dialogar. Si después del diálogo se quien condenar, bueno... pero primero diálogo", ha manifestado en una entrevista en publicada este domingo en el diario 'El País' y que fue realizada el pasado viernes.
El Ponfífice advierte a los españoles de que "no se puede concebir una política sin diálogo" con el desarrollo humano actual y extiende su consejo al resto de países. "Eso vale para España y para todos. Si hay problemas, dialoguen primero", exige al ser consultado sobre el debate sobre la laicidad y el papel de la religión en España.
El Papa Francisco se refiere también a los radicalismos y a los partidos populistas en Europa, EE.UU. y en otros territorios y previene contra la tendencia, durante los "tiempos de crisis", de "buscar un salvador que nos devuelva la identidad" con "muros y alambres". "Ese es el peligro. En momentos de crisis, no funciona el discernimiento", ha señalado.
En cuanto a la Iglesia, Francisco advierte contra la "seria tentación" de vivir "anestesiados" sin contacto con la gente. "Quizás la enfermedad más peligrosa que puede tener un pastor proviene de la anestesia, y es el clericalismo. Yo acá y la gente allá. ¡Vos sos pastor de esa gente! Si vos no cuidás de esa gente, y te dejás cuidar de esa gente, cerrá la puerta y jubílate", incide.
Además, en otro punto se refiere a las críticas internas dentro de la Iglesia y reconoce que "pega patinazos a veces" y que "alguno por ahí no está de acuerdo (con él), y tiene derecho".
"Tienen derecho a no estar de acuerdo. Tienen derecho a pensar que el camino es peligroso, que puede dar malos resultados, que tienen derecho. Pero siempre que lo dialoguen, no que tiren la piedra y escondan la mano, eso no. A eso no tiene derecho ninguna persona humana", advierte.
ACOGER E INTEGRAR A MIGRANTES Y REFUGIADOS
Durante la entrevista, el Papa se refiere también a la crisis de refugiados y recuerda que en España se vive también la inmigración en las fronteras de Ceuta y Melilla y como país de paso de los inmigrantes hacia el norte de Europa.
"El problema es: recibirlos sí, más o menos un par de meses, acomodarlos. Pero hay que empezar un proceso de integración. Acoger e integrar", señala.
Para ello, Francisco pone como referencia positiva el modelo de Suecia, donde "890.000 habitantes de los nueve millones de población son nuevos suecos, hijos de migrantes o migrantes con ciudadanía sueca". Para el Papa, la clave está en la apuesta por la integración, el acceso al empleo, la escolarización y el aprendizaje de la lengua, además de evitar la creación de "guettos".
"Es clave el segundo capítulo: la integración. Hasta el punto de que ¿cuál es el gran problema de Suecia ahora? ¡No es que no vengan los migrantes, no! ¡No estamos dando abasto en los programas de integración! ¡Se plantean qué más puedo hacer para que venga la gente! Es impresionante. Para mí es un modelo mundial", explica.
En todo caso, Franciso reconoce en otro punto de la conversación que "cada país tiene derecho a controlar sus fronteras, quién entra y quién sale, y los países que están en peligro tienen más derecho a controlarlas más" pero clama contra el cierre de las fronteras y de las relaciones entre países porque "ningún país tiene derecho a privar a sus ciudadanos del diálogo con sus vecinos".