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Golpe de calor en verano, trucos y consejos para evitarlo

Llega el verano y con él, todo aquello que tanto esperamos durante el año: vacaciones, playa, sol, helados, días más largos y noches más intensas

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  • Ola de calor -

Llega el verano y con él, todo aquello que tanto esperamos durante el año: vacaciones, playa, sol, helados, días más largos y noches más intensas, amigos que se reencuentran y amores que están por llegar… ¿Te suena? Algo tiene el verano que hace que siempre lo recibamos con los brazos abiertos.

Pero no nos engañemos: también tiene otras muchas cosas negativas. Por ejemplo, ¿quién no ha temido alguna vez sufrir un golpe de calor a consecuencia de las altas temperaturas? El calor de las ciudades no ayuda y si no seguimos una serie de precauciones y consejos, nos puede pasar factura.

Por ello, hoy vamos a tratar este tema que tanto nos preocupa a todos. Vamos a explicarte qué es un golpe de calor, sus diferentes tipos, los grupos de riesgo, sus síntomas, cómo evitarlo y qué medidas tomar si lo sufrimos.

¡Qué nada estropee tu verano!

¿Qué es un golpe de calor?

El calor tiene tantos detractores como fieles amantes. A muchos de nosotros nos gustan las elevadas temperaturas, disfrutar de un helado o una cerveza bajo el sol y bañarnos en sus rayos mientras disfrutamos del agua de las playas de nuestra ciudad o de nuestro destino vacacional. Sin embargo, si no protegemos nuestro cuerpo, el precio por “disfrutar” de este calor puede salirnos bastante caro.

Un golpe de calor es un gran aumento de la temperatura corporal, habitualmente por encima de los 45 grados. Al exponer nuestro cuerpo a un calor excesivo, perdemos sales minerales y agua de manera preocupante.

Nuestro cuerpo no puede regular la temperatura interna y se produce un desequilibrio y una pérdida de control muy preocupante. ¿Sus consecuencias? Desde un pequeño mareo o sensación de sed, hasta la muerte. No juegues con ello.

Tipos de golpes de calor y grupos de riesgo

Dentro de los golpes de calor, encontramos dos variantes:

·       Golpe de calor por exceso: Se produce cuando realizamos ejercicio en estancias mal ventiladas o en lugares demasiado calurosos.

·       Golpe de calor clásico: Es el producido por las condiciones corporales particulares de niños, ancianos y enfermos al enfrentarse a días muy calurosos.

Si hablamos de grupos de riesgo, precisamente nos encontramos con estos tres sujetos: los niños, los ancianos y los enfermos son quienes deben extremar las precauciones ante el calor, ya que son las personas más susceptibles de sufrir un golpe de calor.

 

Síntomas del golpe de calor

Pero, ¿cómo podemos saber si vamos a sufrir un golpe de calor? Nuestro cuerpo, como siempre, nos envía señales para que detectemos a tiempo esta posibilidad y pongamos todo cuanto esté en nuestra mano para prevenir dichos golpes de calor.

A continuación, te dejamos una relación con los posibles síntomas. Es posible que no los experimentes todos, pero sí es importante que los conozcas para que puedas reconocerlos en ti mismo cuando suceda:

·       Temperatura superior a los 39º

·       Sudor

·       Sensación de calor

·       Sed

·       Piel seca

·       Cansancio

·       Náuseas

·       Mareos

·       Falta de apetito

·       Dolor de barriga

·       Dolor de cabeza

·       Calambres en las extremidades

Muy importante también es que conozcas los tres síntomas del golpe de calor más habituales en los bebés:

·       Sudor excesivo

·       Piel irritada

·       Llanto desconsolado

Ahora que ya sabes cómo detectar un posible golpe de calor, ha llegado la parte más importante de este artículo: el momento de prevenirlo o evitarlo.

¿Cómo evitar los golpes de calor?

Es muy importante que te conciencies de este problema YA. La prevención una vez más es fundamental para evitar el problema.

Lo primero, es no dar nada por hecho. El golpe de calor es más frecuente en verano, sí, por razones obvias, pero esto no es excluyente: no significa que el resto del año no haya posibilidad de sufrirlo, así que mantente alerta. Otra cuestión es no bajar la guardia incluso si no estás entre los grupos de riesgo mencionados. Los golpes de calor se cobran cada año víctimas de todo tipo y, aunque sobre el papel tengas menos predisposición que otras personas, es importante que no te olvides que a todos nos puede afectar.

Dicho esto, comenzamos con los verdaderos medios de prevención de este problema. Comenzamos por la alimentación. Una vez más, somos lo que comemos, y en verano tenemos que prestar especial atención a este tema. Opta por alimentos frescos, como frutas y verduras (sandía, melón, albaricoque, peras… todas las que sean ricas en agua nos servirán), también las sopas frías nos ayudarán a mantenernos bien nutridos e hidratados. Evita las comidas copiosas, el alcohol, la cafeína y los refrescos azucarados. Entonces, ¿qué es lo más recomendable para beber? Siempre agua o bebidas isotónicas.

En este punto, es muy importante resaltar la importancia de beber aunque no tengas sed. De hecho, la sed es un mecanismo de nuestro cuerpo para indicarnos que no estamos bien hidratados y uno de los primeros síntomas antes de sufrir un golpe de calor, por lo que debemos evitar tener sed a toda costa.

Pero además de la alimentación, también debemos cuidar otros aspectos de nuestro día a día, como por ejemplo, la ropa. Opta por colores claros y prendas ligeras y vaporosas, además de proteger siempre tu cabeza con sombreros, pañuelos o gorras para aislarla y que no le pegue directamente el sol.

Los hábitos en vacaciones también serán muy importantes para evitar y prevenir el golpe de calor. ¿Vas a la playa? Evita las horas centrales del día (12h-17h), cubre tu cabeza, bebe agua a menudo y, por supuesto, aplícate crema solar continuamente. Los efectos del sol en la piel están muy bien explicados en la web de Consumer, son muy peligrosos y debemos evitarlos SIEMPRE. A todos nos gusta que llegue el verano y estemos morenos, pero no a cualquier precio. El sol siempre pasa factura y no es precisamente barata.

Por último y siguiendo con los hábitos, vigila bien cómo y cuándo haces actividad física. Y con actividad física no nos referimos solo a ser un deportista de élite o entrenar duro: incluso si solamente sales a caminar o a hacer un ratito de algún tipo de deporte de equipo (por ejemplo, en estas fechas es muy común el vóley playa), hazlo siempre a primera o a última hora del día y buscando la sombra. El deporte en las horas de más calor no te hará ningún bien.

¿Qué hacemos si sufrimos un golpe de calor?

Por último, te dejamos una pequeña guía de actuación para reaccionar ante un golpe de calor.

Lo primero, siempre será llamar a los servicios sanitarios de emergencias para que vengan lo antes posible. Recuerda que ellos son los profesionales acostumbrados a lidiar con estas cosas a diario y que ellos tienen las mejores herramientas para salvar una vida, no pospongas esto.

Mientras esperamos a que vengan, trata de bajar la temperatura corporal de la persona que está sufriendo el golpe de calor: colócala en un sitio fresco y a la sombra (o con aire acondicionado) y aplica una tela mojada o hielo en ingles y axilas. Si la temperatura es superior a 40ºC, un baño de agua fría hasta bajar a 38ºC es muy recomendable. Eso sí, cuidado con los cambios bruscos de temperatura: si esta sigue descendiendo, podemos causarle una hipotermia.

Disfruta del verano y de todo lo bueno que tiene, siempre con precaución. Recuerda que el sol y el calor pueden ser nuestros enemigos. ¡No te la juegues!

 

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