Las mujeres son mucho más vulnerables al calor, mientras que el frío causa más muertes entre los hombres
El desarrollo socioeconómico y las mejoras en el sistema de salud y en las viviendas ha motivado que las muertes por enfermedades cardiovasculares atribuibles al frío y al calor hayan descendido un 38% en España desde 1980, según un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
El trabajo, que publica este viernes la revista The Lancet Planetary Health, revela que las mujeres son mucho más vulnerables al calor, mientras que el frío causa más muertes entre los hombres.
La investigación del ISGlobal, centro impulsado por "la Caixa", ha analizado la vulnerabilidad de la población española a las temperaturas en un contexto de calentamiento global y ha comparado las temperaturas y las muertes por enfermedades cardiovasculares registradas en 48 provincias españolas entre los años 1980 y 2016.
El investigador de ISGlobal y del Centro de Estudios Demográficos (CED) y primer autor del estudio, Hicham Achebak, ha recordado que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en España y existen evidencias sobre la relación entre temperatura y mortalidad por esta causa.
Los resultados del estudio muestran que en el periodo comprendido entre 2002 y 2016 la mortalidad por enfermedades cardiovasculares atribuible a la temperatura disminuyó en un 38,2 % con respecto al periodo 1980-1994.
El estudio, que ha analizado series de 15 años, también muestra que esta causa de mortalidad relacionada con la temperatura ha descendido a un ritmo superior al 17 % por década.
En concreto, la mortalidad cardiovascular atribuible al calor en el periodo 2002-2016 se redujo en más de un 42 % entre los hombres y más de un 36 % entre las mujeres en comparación con el periodo 1980-1994.
En cuanto a la mortalidad atribuible al frío, la comparación entre estos mismos periodos muestra un descenso del 30 % entre las mujeres y de casi un 45 % entre los hombres.
Los datos revelan diferencias en función del sexo, ya que la mortalidad asociada al calor es mucho más elevada entre las mujeres, mientras que los hombres son más vulnerables ante el frío.
Los investigadores también han observado que el riesgo de mortalidad atribuible al calor se incrementa de manera significativa en edades más avanzadas, mientras que en el caso del frío solo es así para los hombres.
"Hemos observado dos fenómenos paralelos: por un lado, un aumento de la temperatura media de casi 1º C en las últimas cuatro décadas y una tendencia a que cada vez haya menos días de temperaturas frías, tanto moderadas como extremas, y más días de temperaturas cálidas, y al mismo tiempo una adaptación de la población española tanto al frío como al calor, ya que ante una misma temperatura el número de muertes que se producen es menor ahora que cuatro décadas atrás", ha resumido Achebak.
Las causas que explicarían esta adaptación a las temperaturas son el desarrollo socioeconómico y las mejoras estructurales registradas, que incluyen la mejora del sistema de salud y de las viviendas, según el investigador.
Como indicadores de este desarrollo, los autores detallan que en España entre los años 1991 y 2009 la renta per cápita aumentó de 8.700 euros a 22.880, y el gasto en atención sanitaria por persona pasó de 605 euros a 2.182.
Además, el porcentaje de viviendas con calefacción pasó del 25,8 % en 1991 al 56,9 % en 2011, mientras que las viviendas con aire acondicionado pasaron del 4,16 % en 1991 al 35,5 % en 2008.
"Lo que hemos visto es que la población española ha mostrado una gran capacidad adaptativa al aumento de la temperatura, pero que esta no ha ido necesariamente ligada a una estrategia de mitigación de las consecuencias del cambio climático", según el investigador del ISGlobal Joan Ballester, que ha coordinado el estudio.
"Por eso -según este investigador- podría darse el caso de que esta respuesta adaptativa fuese limitada y no se produjese a niveles más elevados de calentamiento, cuando se produzca una aceleración en el aumento de las temperaturas".