Las primarias. Una moderna, nueva farsa

Publicado: 24/01/2014
El telón hace tiempo que ha caído. Conociendo como acaba la obra, la promesa de un final feliz se ha desvanecido y los espectadores, otrora complacientes, se vuelven críticos con el conjunto de la representación. Engañados por lo prometido en la campaña promocional, donde se vendía como magnífica y
Articulo  Las primarias. Una moderna, nueva farsa

El telón hace tiempo que ha caído. Conociendo como acaba la obra, la promesa de un final feliz se ha desvanecido y los espectadores, otrora complacientes, se vuelven críticos con el conjunto de la representación. Engañados por lo prometido en la campaña promocional, donde se vendía como magnífica y satisfactoria. A la tumultuosa salida se escuchan todo tiempo de comentarios negativos: La malísima dirección artística. La penosa puesta en escena. Los evidentes fallos en la declamación del texto, por parte de actores y actrices, incluso llegando a escucharse en la sala, a menudo, la voz del apuntador oculto. Una interpretación deplorable, nada creíble, es más llegando a parodiarse unos a otros. En definitiva una pesadilla de obra que el respetable tuvo que aguantar porque los asientos de la sala estaban provistos de un artilugio que, inmovilizando a quien en ellos se sentara, no fue desactivado hasta que acabó la siniestra mentira, que no ficción.
Todo el personal tenía especial interés en conocer a los autores, que a buen seguro utilizaban seudónimos, para hacerles llegar la indignación más contundente por el sentimiento de estafa sentido. Entre lo prometido y lo recibido se había abierto un abismo y la sensación de fraude era notable. No pudo ser. Los autores de esta farsa (precisamente no teatral) abandonaron, haciendo mutis por el foro, sin que persona alguna pudiera dar siquiera indicios de quienes eran. Solo el portero que vigila la puerta trasera, pudo confirmar que los coches de super lujo que utilizaron eran de color negro, hasta los cristales.
Aún “caliente el cuerpo del delito”, una parte de la compañía anuncia otra obra. Esta vez se titula “Primarias”. No pensamos que pudiera estar relacionada con el calificativo “primos”. No obstante no deja de ser una forma novedosa de titular más de lo mismo. Esta vez parece ser que se conoce a las personas autoras de la misma. Intentan emular a las obras de vanguardia, pretendiendo que el respetable participe activamente durante la representación. ¿Es impresionante la vocación dramática de estas gentes de la farándula política? A todas luces dará igual que igual dará, que se represente ya que a nada compromete. Por otro lado, los pocos espectadores que acudan, o forman parte ya de la compañía y deben asistir por ser meritorios o  aún no se han percatado del enorme timo al que serán, una vez más, sometidos. Y es que de una farsa debe tratarse, ya que así lo recoge alguna de las acepciones de la Real Academia. Descartando las despectivas, pudiera ser: o una pieza cómica, breve por lo común, y sin más objeto que hacer reír;  o un enredo, trama o tramoya para aparentar o engañar. Y siempre, en lo antiguo, una comedia.
En cualquier caso lo importante será que mediante una masiva abstención quede reflejado el clamor de un público que está harto de ser solo eso: un mero público. Un espectador engañado.

Fdo Rafael Fenoy Rico    Comunicación Educación CGT

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