Para referirnos a la inteligencia, sobre todo practica, nada mejor que citar a Arquímedes de Siracusa, (287-212 aC). A él debemos aquello de“dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”Cuando hablamos de acciones sindicales se abre un abanico de actuaciones de muy diversa índole: Comunicados, avisos, convocatorias, ruedas de prensa, concentraciones, pegada de carteles, reparto de octavillas, envíos masivos de emails, fax, Huelga….. En definitiva se pretende hablando, primero, resolver la problemática que genera una errónea respuesta patronal. Si ello no es posible hablando, que es como se entienden las gentes, se devuelve la parte de violencia que toda situación injusta conlleva. Para dialogar es preciso que exista interés por ambas partes por entenderse, pero si quien tiene la potestad de ejercer mayor presión no lo hace, la irracional, caprichosa, autoritaria medida produce una espiral de violencia, que se inicia desde el momento en que se siente la injusticia.
Sea en el ámbito de la planificación del trabajo, sea por presión hacia las personas que trabajan, ….
Lo cierto es que, de momento, el sindicato se preocupa sobre todo de de cómo las personas que trabajan viven en el trabajo y las repercusiones en su vidas personales. Cada sección sindical está muy atenta al devenir en su empresa, y se centra sólo en lo que en ella ocurre. Cuando la sección sindical es numerosa, o está muy organizada, puede ejercer una gran presión en determinados casos. Esta potencialidad es lo que anima a la patronal a un diálogo fluido, incluso amistoso. Pero cuando la sección sindical no cuenta con recursos para poder, hipotéticamente, ejercer presión, entonces la patronal se arremolina con todos sus medios para liquidarla.
La respuesta de un sindicato, compuesto por cientos de secciones sindicales, es, en primer lugar, tener mucha información de cada empresa, de cada sector, y de esta forma obtener una visión de conjunto sobre cuáles son las “misiones y visiones” de cada empresario. Conocer la hoja de ruta de cada empresa es fundamental para planificar la actividad sindical. Además permite elegir los “blancos” y apuntar con precisión para que la acción sindical sea contundente y se restablezca el “diálogo”. El modelo de la Huelga de la Canadiense, digna de ser conocida, desarrollado por el anarcosindicalismo barcelonés en 1909, sigue estando vigente. La fuerza de todo el sindicato (no una empresa sindical) ejercida de manera inteligente sobre un punto es la garantía para mantener el diálogo, no sólo en una empresa, sino en el conjunto de los sectores productivos.
Fdo. Rafael Fenoy Rico Comunicación Educación CGT