Articulo ¡Voluntad Popular! ¿Ahora no gusta?
Alguien le dijo al primer ministro británico que no era capaz y se sumó al envite convocando un referéndum que pretendía ganado. A pesar de haber salido airoso por los pelos del escocés no aprende el muy necio y se vuelve a tirar al ruedo. Pero ¡hete aquí!, que enarbola la bandera de la voluntad popular y la adorna con términos democráticos cuando en el fondo conoce el galimatías a fondo. Miles, ¡qué digo!, millones de requerimientos le llegan en el sentido de que si se ha vuelto loco, pero a todos responde con un brindis generoso de participación popular plena.
Van pasando los días y el culillo va apretando, porque las encuestas ¡dichosas encuestas! Van augurando un descalabro. A tanto llega la subida adrenalínica que incluso un asesinato es utilizado para que no salga el sí. Y van descontando hojas el calendario que caídas tapizan un suelo que por instantes parece abrirse a sus pies. De hecho voló a Gibraltar para nada, por aquello de respetar a la difunta asesinada.
Y llegó el día y, desde la semana anterior, la Libra vaticinaba para él, el funesto, resultado. Que si baja, que si sube un poquito para bajar más aún y el 24 de junio, día para la historia, se produce el derrumbe anunciado. Britania se sale de Europa. El IBEX se deja doce puntos, ¡ahí es nada!, todas las bolsas europeas y alguna de otros lares, sufren el mismo efecto e incluso el petróleo Brent se abarata.
Y sigue un rosario de anuncios de des-venturosas situaciones, para esta maltrecha Europa de mercaderes que por cierto se quedan sin mercados. Porque quienes realmente sienten este varapalo electoral británico, son quienes más perderán con el chollo de estar en Europa. No en vano por una vez y sin que sirva de precedente Londres, Escocia y nada menos que Irlanda del Norte sumaron, para no salirse de un tiesto que les ha venido favoreciendo. Y le dicen el Cameron, que no se va ya y espera hasta Octubre. ¿Cómo se le ocurrió preguntarle al pueblo?, como si no hubiera políticos suficientemente preparados para sustraerle la voluntad al mismo.
Y aquí en España se calienta el debate y hay quien insuflado por proclamas patrióticas acaricia la idea de la devolución de Gibraltar y quienes entonan letanías de tiempos malos para la agricultura, el comercio, el turismo, e incluso los vinos, ya que los hijos de la Gran Bretaña suelen ser bebedores “empedernidos”, de los caldos jerezanos. La derecha echa combustible al miedo paralizante, por aquello de mayor necesidad, si cabe, de seguridad, sosiego y, dicen, experiencia, aunque no aclaran si en traerse o llevarse. Rosas rojas se lamentan de ¿Cómo se puede preguntar al pueblo?, cuando políticos capaces, son capaces de decidir con mayores garantías que incluso un referéndum. Porque ya se sabe que no todas las gentes son “iguales”. Aristocrático mensaje, que miedo dar el oírlo, porque a fuerza de afinar sobre las desigualdades, se llega a descartar a unas gentes, para señalarlas para su exterminio. Porque si para trabajar ya no hacen falta y para votar, aún menos, ¡díganme para que se quieren! Mensajes de última hora, mensajes con nulo tiento, porque se ven ya perdidas las votaciones al acecho. Cuidad ciudadanas y ciudadanos de todo aristocrático gesto. Referéndums hasta en la sopa si falta hiciere, aunque nos equivoquemos, y mucho cuidado con los listos de turno que sólo pretenden secuestrar la voluntad de todo un pueblo
Fdo Rafael Fenoy