Caraduras

Publicado: 02/03/2022
Autor

Ana Isabel Espinosa

Ana Isabel Espinosa es escritora y columnista. Premio Unicaja de Periodismo. Premio Barcarola de Relato, de Novela Baltasar Porcel.

Una feminista en la cocina

La autora se define a sí misma en su espacio:

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Sí que hubo un padre que denunció que el aparcamiento para su hijo- con hidrocefalia- había sido ilegalmente ocupado sin que ni grúa
Los que aparcan en plazas de discapacitados sin tener derecho a ello, son los mismos que aprovecharon que en el Puerto de Santa María los locales andaban desaparecidos, para hacer de la ciudad un aviadero de sus caprichos.  Sí que hubo un padre que denunció que el aparcamiento para su hijo- con hidrocefalia- había sido ilegalmente ocupado sin que ni grúa (creo que andaba en pleitos también contra el Ayuntamiento por falta de pagos), ni oficialía, le amparasen. La madre de una cría con una discapacidad de más del setenta por ciento se llevó años pidiendo al mismo Ayuntamiento una plaza de parquin cerca de su domicilio, que finalmente concedieron cuando ya la niña había fallecido. No pasan los días, ni los años igual para las personas normales y la Administración. No hay día, ni año, en que pasando por delante de la plaza de parquin no me acuerde de ellos.  No hay no ya empatía, sino falta de vergüenza u honradez básica en el querer usurparle la plaza a un discapacitado. No quieren saber cómo se vive en sus zapatos, ni cuánto cuesta a una familia llevar con buen fin esa carga. 



 No hay más que darle un par de muletas y echarlo a andar por la vida, para que se den cuenta de cuan bajo se puede llegar a caer por aprovechar la cara más dura, junto con la mayor falta de respeto. En la clase de uno de mis hijos, había una cría con una discapacidad tremenda. Tenía dificultades para hablar, para moverse, pero- en cambio- te regalaba una sonrisa en cuanto le hablabas. Se entrelazó su vida a la nuestra vertebrándose en cursos completos. La conocimos a ella y a sus padres; los críos con los que compartió primaria la cuidaban como si fuera una hermanilla pequeña, regalándoles ella a cambio cualidades humanas que les habrán servido de seguro en la vida. Por ejemplo, para respetar un aparcamiento de minusválido y no servirse de él sin tener derecho a ello. Sé que hay mucho necio suelto que solo ven ventajas en salirse con la suya. Mucho carajote a los que la picaresca le parece un arte maravilloso, mucho zoquete que por afanarse una tarjetita que no le corresponde se ve Mariscal de campo. Pero los han cogido amañando, dándose el placer de aprovecharse. Lastiman que solo los van a multar, porque les vendría muy bien hacer servicio de voluntariado. Al Centro de discapacitados de san Fernando dónde sacan los colores al sol de lo fuerte que pegan a la vida. Lo mismo con eso, la mente se les llenaría.

 

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