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Undiano Mallenco es un colegiado de fútbol español. En realidad, con ese nombre, no le quedaba otra que dedicarse al arbitraje. La FIFA lo ha elegido para representar a nuestro país dentro de la selección de árbitros que pitan los encuentros del Mundial de Sudáfrica y la casualidad -o la mala suerte- ha querido que el primer partido que le asignaran fuese uno de Alemania, en plena tormenta de reproches institucionales desde el país germano sobre la salud de la economía española. Y, como no podía ser de otra manera, Alemania terminó perdiendo el partido ante Serbia y la afición teutona culpando al árbitro español, que a la media hora de juego dejó a su equipo sin una de sus estrellas por doble tarjeta amarilla. Si hizo bien o mal lo sabremos en función de si la FIFA le asigna un nuevo partido, aunque por muy estrepitoso que fuese su arbitraje, no puede equipararse a las peligrosas insidias fomentadas en contra de la estabilidad y credibilidad de nuestro país.

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