Costa urbanizada

Una vez que asistimos al estallido de la burbuja inmobiliaria, empezamos a comprobar la paralización de numerosas grúas en el horizonte de nuevas urbanizaciones en fase de ejecución, carteles de entidades financieras asumiendo el rango de promotores ante el desmoronamiento de las constructoras que impulsaron el negocio, el incremento de las cifras del paro dentro del sector, el desalojo de locales que fueron ocupados por inmobiliarias... Hemos terminado con la sensación de que nadie vende ni una plaza de garaje, pero también con la de que nadie construye. Sin embargo, Greenpeace hacía ayer oficial un estudio en el que se pone de manifiesto que España degrada 7,7 hectáreas de costa cada día para crear urbanizaciones, suelo industrial y comercial, y no hay ningún indicio de abandono de la construcción masiva en el litoral, ni tampoco del fin del acoso a los últimos espacios vírgenes. Al parecer, la crisis no ha tocado a todos por igual.