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Jaén

Diversión para unos, sufrimiento para otros

María Cara, una niña jiennense con Síndrome 22q11, vive un auténtico calvario ante la detonación de petardos en navidades

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Elena Escuderos, María Cara y José Luis Cara.

Lo que para muchos es una diversión, para otras tantas personas es un auténtico calvario. Es el caso de María Cara, una niña de Jaén con Síndrome 22q11, que teme por encima de todas las cosas el ruido que provocan las detonaciones de petardos y cohetes. En navidades, son muchos los jiennenses los que aún se divierten haciendo sonar elementos de pirotecnia en las calles de Jaén, algo que provoca pavor en María.

Desde muy pequeña, María temía la llegada de fechas señaladas como esta, y es que ese estruendo resuena en su cabeza de forma distinta a otras personas. Su familia protege cada año a la pequeña, pero es casi imposible salvar los días centrales de la Navidad sin disgustos.

Elena Escuderos, madre de María, explica a esta redacción que “la Nochebuena la pasamos regular”. Conocen la normativa actual, la cual prohíbe la detonación de estos petardos de forma habitual, pero sí lo permite en algunas jornadas navideñas. Elena comenta que “en la mañana del 24 de diciembre, María sabe que se pueden tirar petardos y ya está en tensión todo el día. En el momento que escucha uno, ella se esconde en el servicio, no quiere salir, algo que nos dificulta mucho que podamos salir a cenar con la familia”.

Su padre, José Luis Cara, explica que “ella no puede gestionar ese miedo por su síndrome. Lo que para algunas personas es una diversión, para ella es un sufrimiento. Un sufrimiento que, aunque podamos contar, la gente no puede imaginar. Entra en pánico, se encierra en una habitación y no consiente salir. Este año ha sido ‘light’, pero otros años nos hemos quedado sin comer las uvas incluso”, explica.

Comentan que llevan mucho tiempo intentando resolver esta cuestión con su psicóloga, pero es algo que va muy lento. Dicen que incluso su médico ha tenido que recetarle medicación para hacer más llevaderos estos momentos de angustia.

Ante esta situación, la familia envía un mensaje a la sociedad jienense, pidiendo que piensen en su caso y en el de otras personas, pues “la diversión de una persona termina cuando empiezas a hacer daño a otra”. Por ello, insisten a las administraciones que traten este asunto y pongan remedio para dejar atrás el mencionado sufrimiento. Su padre afirma que las administraciones pueden tener buena voluntad, pero la gente incumple la normativa. Por último, José Luis Cara explica que su hija genera un sentimiento de culpa al no poder gestionar “ese sufrimiento tan grande”.

La entrevista completa, aquí: 

 

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