La sede del PSOE de Conil de la Frontera ha amanecido este viernes con importantes destrozos y pintadas insultantes, tras sufrir durante la madrugada un acto vandálico que desde Viva Conil condenamos enérgicamente. La agresión a este espacio político, símbolo de participación democrática, supone un ataque directo a la convivencia y al respeto entre ideas que deben regir en cualquier sociedad libre.
Desde la agrupación provincial del PSOE de Cádiz se ha expresado la “más absoluta condena y repulsa hacia los graves actos vandálicos”, manifestando además su respaldo total a los compañeros y compañeras de la sede conileña. La formación ha interpuesto ya la correspondiente denuncia ante las autoridades policiales para que se investiguen los hechos y se depuren responsabilidades.
“Se trata de una afrenta a la democracia y al Estado de Derecho”, han subrayado desde el PSOE, señalando que este tipo de acciones representan una expresión de odio político que no puede ser ni minimizada ni silenciada. “La violencia política no se tolera. No se blanquea. Se condena. Y quien no la condena, la ampara”, concluye el comunicado de la formación.
En un gesto que honra al conjunto del tejido político y social del municipio, todas las fuerzas políticas conileñas —izquierda Unida, Andalucía por Sí, Partido Popular y Siempre Conil— han condenado sin ambages estos actos, al igual que numerosos colectivos sociales, ciudadanos particulares y agrupaciones de municipios vecinos de diferentes ideologías, que han mostrado su apoyo al PSOE local y su rechazo frontal a cualquier forma de violencia.
Desde Viva Conil queremos dejar constancia pública de nuestra más firme condena y profundo rechazo a este tipo de comportamientos que atentan contra la pluralidad política y los valores democráticos. No hay justificación posible para la violencia. No hay lugar para el odio. La democracia se defiende con palabras, ideas y respeto, no con amenazas ni ataques.
En momentos como este, es responsabilidad de todos —instituciones, medios, partidos y ciudadanía— proteger el espacio común que representa la democracia, frente a quienes pretenden quebrarlo con la violencia y la intimidación.