Los 40.000 cuestionarios

El otro día el director del manicomio nos repartió un montón de cuestionarios, para que los locos los rellenáramos y dijéramos si estábamos satisfechos de estar aquí.

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No les voy a contar lo que muchos hicieron con el papelito de marras, aunque les puedo asegurar que ese día se gastó muchísimo menos papel higiénico que de costumbre.
Cuando vimos el cuestionario, unos cuantos fuimos a reunirnos con él y le pusimos las cosas más o menos claras. Nada más entrar en su despacho, le cantamos lo de la famosa sevillana: “Que no sé leer, que no sé leer, no me mandes papeles, que no sé leer; mándame a tu persona, que la quiero ver, que la quiero ver…” A continuación le soltamos la canción de Chenoa: “Cuando tú vas, yo vengo de allí; cuando yo voy, tú todavía estás aquí; crees que me puedes confundir y de qué vas, mirándome atrás ¡Ay qué descaro! Ahora me gustas más. Y es que no me fío, porque sé que tú me engañarás…” Y se quedó de una pieza, cuando el más culto de los locos de este manicomio le soltó, a modo de latigazo, unos versos de Gustavo Adolfo Bécquer: “¿Qué es poesía? --dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía... eres tú.” El director, que no es tonto, aunque está muy cerca de conseguirlo, dijo rápidamente que había comprendido el mensaje y que se metía los cuestionarios donde la espalda pierde su honesto nombre.
Y por qué cuento todo esto? Por lo siguiente. Después de calentarse mucho la cabeza, la Delegación de Desarrollo Sostenible en colaboración con la Federación de Asociaciones de Vecinos Isla de León, ha parido 40.000 cuestionarios, en los que se les pregunta a los cañaíllas qué les parece cómo está la limpieza en La Isla y que además escriban de forma anónima cuál es su grado de satisfacción con el marrón de la limpieza.
En esos cuestionarios se hacen preguntas muy difíciles de contestar, pero los locos aquí estamos para ayudar en lo que haga falta. Por ejemplo, se pregunta: ¿Cómo calificaría el barrido de calles y plazas? Para contestar a esta complicada pregunta, el Diccionario nos ofrece una amplia gama de adjetivos que aquí transcribimos con la sana intención de colaborar para que los cañaíllas se expresen con exactitud utilizando cualquiera de estos sinónimos: malo, peor, desastroso, lamentable, inquietante, criminal, tercermundista, cochambroso… Otra pregunta muy difícil es: ¿Qué propondría para solucionar el problema de los excrementos de los perros? Hay que advertir, para que no haya confusión, de que excremento significa mierda, que es de lo que está llena La Isla por culpa de los tarados que ni tienen educación, ni saben tener perros. La contestación debe ser tan sostenible, como las bolsitas que deben llevar los dueños de los perros para cuando el animal descargue. ¿Habrá que poner multas? Ustedes sabrán más que nosotros. Pero en fin, ¿para qué vamos a seguir hablando de esta perra vida? Lo que no se pregunta en los cuestionarios es qué nos parece el atraco de las zonas azules, por ejemplo. ¿Las quitamos? Sin embargo a mí lo que me extraña es que, estando en época de ahorro total y sabiendo además las respuestas exactas a las preguntas planteadas en los 40.000 papeles, se gaste el dinero con tanta alegría. En todo caso, lo que llama más la atención es que, después de la paliza que nos dieron en las elecciones con los programas que cada partido iba a aplicar si llegaba al poder, ahora nos pregunten qué nos parece esto o aquello, empleando una democratitis de cara a la galería, cuando ya prácticamente La Isla se está ahogando en mierda. ¡Hagan lo que dijeron en sus programas que iban a hacer! ¿O es que no dijeron nada del tema? Y eso que se pregona de que con los siete millones que por lo visto hay para el tema de la limpieza se hará lo que quieran los vecinos, suena a algunos pasajes del Quijote, que por cierto es mi ídolo y mi maestro.
Solamente un favor: si no nos quieren volver más locos de lo que ya estamos, que no nos manden cuestionarios al manicomio, que mejor nos manden psiquiatras preparados y con respuestas exactas a nuestros males.