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El Atlético aguanta el ritmo del líder en un duelo incómodo

Osasuna, que aún no ha puntuado como visitante en esta temporada y que ha pasado las nueve jornadas en puestos de descenso, generó un partido incómodo para el Atlético

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El Atlético de Madrid continúa intratable en esta Liga, en la que sumó hoy su octava victoria seguida, un triunfo sufrido durante más de una hora ante un buen Osasuna, al que superó con esfuerzo y pegada en ataque para mantener el ritmo del liderato de la tabla, con los mismos puntos que el Barcelona.

No fue un partido sencillo para el equipo rojiblanco, que encarriló el duelo con dos 'chispazos' ofensivos en el primer tiempo, con goles del brasileño Miranda y Raúl García, y se sintió intranquilo con el 2-1 al borde del descanso del marfileño Lamah, pero resolvió con el 3-1 del colombiano Radamel Falcao, en el 73.

Osasuna, que aún no ha puntuado como visitante en esta temporada y que ha pasado las nueve jornadas en puestos de descenso, generó un partido incómodo para el Atlético.


No retrasó sus líneas por visitar el Vicente Calderón ni se replegó en campo propio para contener a su rival, sino que dio un paso adelante y provocó bastantes cortocircuitos en el arranque al ataque de la maquinaria local, algo más imprecisa que de costumbre.

No encontró el conjunto rojiblanco una conexión tan fluida entre defensa y medio campo y, ya más arriba, entre la zona de creación y el goleador, el colombiano Radamel Falcao, apenas sin opciones de remate en todo el primer tiempo, desabastecido por la presión de Osasuna. El equipo navarro aguantó el 0-0 hasta el minuto 30.

Quizá no mereció tanto castigo el bloque visitante en ese momento del encuentro. El Atlético sólo había exigido en un par de ocasiones a Andrés Fernández, que ofreció una demostración de sus reflejos a un remate de Raúl García y a un derechazo desde el borde del área del uruguayo Cristian Rodríguez, pero ya sí golpeó a la media hora.

El conjunto rojiblanco, que colecciona doce victorias seguidas en partidos oficiales en esta temporada, también maneja con soltura el balón parado. Así le marcó recientemente los dos tantos al Académica de Coimbra, uno a la Real Sociedad y otro al Málaga. Y así encarriló un duelo que ya tenía pinta complicada, con contadas oportunidades.

Un envío de falta desde la izquierda de Gabi al área lo cabeceó el brasileño Joao Miranda para poner el 1-0 en el marcador y, sin tiempo para asumir la desventaja, un mal despeje de Arribas cayó en los pies de Raúl García dentro del área. Su tiro raso, cruzado, fuera del alcance de Andrés Fernández, estableció el 2-0 (m. 34).

Todo parecía ya encaminado para el Atlético, que sin alardes, sin ser mucho mejor que su oponente, mandaba por 2-0 hasta que el marfileño Lamah aprovechó una dejada atrás de Kike Sola para colocar el 2-1 en la portería del belga Courtois cerca del descanso, abrir de nuevo el partido y dar de nuevo opciones a un Osasuna desafiante.

No había nada decidido. Un tiro de Timor, que obligó a estirarse al guardameta rojiblanco, y el inconformismo de Osasuna lo avisaron en el comienzo de la segunda parte, que repitió las dificultades del Atlético para poner en aprietos a Andrés Fernández, salvo a balón parado, la forma en la que llegó un cabezazo del uruguayo Godín.

Movió el banquillo el argentino Diego Simeone, que dio entrada a Adrián López y el turco Arda Turan, ya recuperado de un esguince de tobillo. La velocidad y el desborde del primero le dio más presencia ofensiva al Atlético, pero no restaron inquietud a los rojiblancos, que solventaron cualquier duda con pegada y con gol de Falcao.

Juanfran le puso un centro perfecto y el atacante sacó de rueda a su marcador, se buscó el sitio justo para el remate y enganchó el 3-1. Su decimoséptimo gol esta temporada entre el Atlético, con trece, y la selección, con cuatro. Ha marcado en cada uno de sus últimos once partidos. Y hoy firmó la sentencia del encuentro.

El 3-1 ya fue definitivo. Aún quedaban veinte minutos para la conclusión del duelo, pero el Atlético ya tenía la victoria en su bolsillo, la octava consecutiva en Liga, la que le permite observar la clasificación desde el segundo puesto y aguantar el ritmo del líder, el Barcelona, por delante por mejor diferencia de goles.

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