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Curioso Empedernido

Hasta siempre, Mandela

Se ha cumplido tu deseo, desde la sabiduría de que la muerte es algo inevitable, sostenías que cuando un hombre ha hecho lo que el considera su deber para con su pueblo y su país, puede descansar en paz

Esperábamos el final  a tus 95 años y con tu delicada salud, pero en el fondo nos resistíamos a que nos dejaras.He decirte querido amigo de todos y todas que se han agotado las palabras, y que ya no hay ni sustantivos ni adjetivos para expresar lo mucho que has significado en nuestras vidas.

Desde  el presidente de los EEUU Barak Obama, hasta el líder de los populares españoles y mandatario de nuestro país  don Mariano Rajoy, han querido dejar su frase para la historia ante tu fallecimiento. Por tanto no va a ser este humilde articulista el que quiera ser más papista que el Papa y pasar a la posteridad con una sentencia.

Creo que has sido y eres uno de los personajes importantes de los siglos XX y XXI, un mito universal  comparable en la lucha por la libertad de los hombres y mujeres a Gandhi o Martín Luther King, una especie de Presidente de la Humanidad. Un ciudadano con mayúsculas que ha dignificado la política, lo que en los tiempos que corren tiene un valor ejemplar y pedagógico.

Desde que viste  tu primera luz en 1918 en Mvezo, un poblado de 300 habitantes cerca de Umtata en el Transkei y en el seno  del clan Madiba, hasta tu muerte  en Johannesburgo, han sido toda una vida de lucha en tus 27 años de cárcel, el preso número 46664,  tus años en el gueto de Soweto, el Premio Nobel de la Paz o la Presidencia de Sudáfrica, tus ideas, tus gestos y tus compromisos por todas las causas justas del mundo.

Si algo ha destacado en tu vivir y en tu comportamiento ha sido tu lucha por la LIBERTAD, LA RECONCIALIACION Y EL ENTENDIMIENTO entre las personas, siempre has sido un hombre sin ataduras ni miedos, ni cuando estabas encarcelado, jamás pudieran acallarte. A lo largo de tu vida has tenido una férrea voluntad de cambiar las cosas, de transformar la realidad, de construir un mundo mejor.

Como todos los grandes líderes eras consciente que el arma más poderosa que tiene un pueblo para liberarse de las cadenas interiores y exteriores es la educación, que nadie puede ser discriminado por el color de su piel, su origen o su religión, y que de la misma manera que la gente aprende a odiar es mejor enseñarlos a amar.

Otra de las actitudes que ha presidido tu ser y  estar en esta vida ha sido tu disponibilidad y espíritu de sacrificio, de tal manera que siempre, Nelson, fue amigo de los perseguidos, de los represaliados y de los humillados, tuviste claro que lo más importante era la libertad de tu pueblo y a eso dedicaste hasta los últimos gramos de tus fuerzas.

Has sido y vas a continuar siendo un ejemplo para todos nosotros, siendo la premisa más importante de tus actuaciones la humildad, porque tu empatia y carisma se basaba en la cercanía y capacidad de comunicación, sin altanerías ni superioridades de ningún tipo, ni dentro ni fuera de la prisión.

Siempre tuviste claro el camino que habías trazado para ti y para tu pueblo, tu ideal de una sociedad libre y democrática en la que todas las personas convivan en armonía y en igualdad de oportunidades y supiste conquistar el miedo para hacerlo, no tu enemigo, sino tu aliado.

Tu lucha por la libertad, te hizo ver con claridad que no solo es necesario desamarrarse las cadenas para conseguir ser libre, sino que hemos de respetar y potenciar a la libertad de los demás, y para ello es importante rodearse de gente con apertura e independencia para ser capaces de contemplar los problemas desde todos los ángulos.

Se ha cumplido tu deseo, desde la sabiduría de que la muerte es algo inevitable, sostenías que cuando un hombre ha hecho lo que el considera su deber para con su pueblo y su país, puede descansar en paz. Qué así sea, querido Nelson Mandela.
                           

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