Los deportes olímpicos de hielo suman adeptos en España tras los éxitos del patinador artístico Javier Fernández o los pasos del piloto de skeleton Ander Mirambell. Son las disciplinas deportivas menos conocidas, pero poco a poco empiezan a aparecer nombres propios.
En la capital de la Costa del Sol hace unos años nació el único equipo andaluz que existe de curling, deporte de precisión sobre hielo, Los Compadres. Compuesto por cinco malagueños que con ilusión y esfuerzo intentan entrenar y luchar para ascender de categoría. En España hay dos.
“Estuvimos un año en primera, pero el nivel subió y nuestra imposibilidad para entrenar nos hizo descender al año siguiente”, apunta Fernando Galván, presidente del club y pintor de coches, quien añadió que “por suerte todos trabajamos y podemos pagarnos los viajes para competir, pero de forma muy precaria”.
Así, Carlos Barquero, que trabaja en una asesoría fiscal y laboral; Daniel Palomo, taxista; Alfonso González, recepcionista de hotel; y Miguel Ángel Vegas, trabajador en la construcción, luchan día a día para practicar un deporte por el que nunca han logrado ayudas.
“Hemos pedido subvención durante tres años a diputación y nada. El ayuntamiento nos dijo que podíamos poner el logo de la ciudad pero como un favor”, señaló Carlos Barquero que insistió en que “lo que nos cuesta es entrenar; tenemos que aprovechar los viajes y hacer un intensivo cada vez que salimos a competir y hacer en unos días lo que otros equipos en cuatro meses”.
El curling se juega en una pista de hielo de 45 metros, aunque ellos se conforman con un “trozo de hielo para poder practicar” pero la cara propuesta económica de la Pista de Hielo de Benalmádena -en Málaga no hay otra instalación- les ha hecho buscar un acuerdo con el Pabellón Mulhacén, en Granada.
