La provincia de Cádiz ha registrado en agosto, pese a que aún no finalizado, los peores registros mensuales de contagio desde el inicio de la pandemia. Andalucía anota en estos días cifras similares a las del pico de la pandemia. El presidente de la Junta, Juanma Moreno, así como el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, y el consejero de Sanidad, Jesús Aguirre, han admitido que la comunidad se enfrenta ya a una segunda ola de Covid-19, aunque insisten en que la presión hospitalaria no es preocupante aún.
Sin embargo, dos de los principales recursos del Servicio Andaluz de Salud (SAS), Salud Responde y la atención primaria, están colapsados a día de hoy. Y la preocupación entre los profesionales es palpable y creciente.
En el caso del teléfono de citas previas del SAS o de comunicación con responsables sanitarios, el presidente del comité de empresa, Félix Trillo, asegura que el volumen de llamadas actualmente es similar al de las semanas más crudas de la pandemia, a finales de marzo y principios de abril. Un operador atiende estas semanas entre 300 y 400 cada día. La práctica totalidad de ellas están relacionadas con el coronavirus. Hasta que comenzó el repunte y el posterior descontrol del virus, solo recibían la mitad.
La falta de personal y la avalancha de consultas telefónicas llevan a los usuarios a permanecer a la espera entre 30 y hasta 45 minutos. “Hace unos días, un hombre se plantó en las instalaciones (centrales, en Jaén) porque no conseguía cita telefónicamente, muy enfadado. Por fortuna, no pasó nada, pero nunca antes nos había ocurrido”, relata.
El chat de Salud Responde, que debería ofrecer respuestas de manera ágil y rápida también sufre la saturación. En algunos casos, el tiempo de respuesta se alarga hasta quince horas.
De 110 trabajadores, solo están empleados ahora mismo 60 por las medidas adoptadas de prevención higiénico-sanitarias. “No hay teletrabajo pese a que lo estamos pidiendo de manera reiterada”, afirma, y advierte de que “esto solo es la punta de iceberg del problema. Lo peor está por llegar”.
La plantilla teme los problemas derivados de la vuelta al colegio durante el mes de septiembre y comienzos de octubre. También preocupa la gripe. “Siempre hay un pico importante de llamadas y este año, con la recomendación de la vacunación a grupos de riesgo, se adelantará”, pronostica.
El 1 de diciembre, además, una nueva empresa se hará cargo del servicio. “El consejero de Salud planteó la integración de Salud Responde en la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES), pero finalmente salió a licitación el contrato”, lamenta. El contrato prevé el recorte de hasta 33.500 horas, lo que supone contar, en la práctica, con entre una veintena y cuarenta efectivos menos.
Así las cosas, Trigo expresa su inquietud ante el estado en el que se encuentran los compañeros. El estrés al que han estado sometidos durante meses, la suspensión de vacaciones, dado que prestan un servicio esencial, la no adaptación de turnos y la presión diaria, pareja al incremento de positivos, está afectando a la salud laboral. Ahora mismo, de hecho, no descartan llevar a cabo algún tipo de movilización.
También están caldeados los ánimos entre los profesionales de la Atención Primaria. CCOO denunció a principios de esta semana por medio de una serie de notas de prensa “la situación límite que están viviendo”, especialmente en los distritos sanitarios Campo de Gibraltar, donde se están concentrando la mayoría de los nuevos contagios de coronavirus en las últimas semanas, y en el Bahía de Cádiz-La Janda.
“El SAS no ha previsto la carga de trabajo a la que están siendo sometidos todos los trabajadores”, lamentaba el sindicato. “En el caso de los médicos de familia, están atendiendo consultas telefónicamente, las urgencias del centro y la atención en los domicilios y, además, por la falta de contratación, se ven obligados a atender agendas de varios cupos, lo que les lleva a una sobrecarga difícil de soportar”, anadía en el comunicado difundido. “La misma situación la viven los demás profesionales, tanto sanitarios como personal de gestión y servicios, igualmente saturados por el triaje de entrada, dando citas, etcétera”.
El portavoz del Sindicato Médico, Juan Benjumeda, declaró la semana pasada que en “Cádiz, al igual que el resto de Andalucia no hay médicos disponibles en la bolsa única de empleo. El sistema aguanta a duras penas por el esfuerzo de profesionales que están viendo pacientes de varios cupos de facultativos sin ser retribuido”. Todo ello genera descontento en los usuarios y, según CCOO, se producen “agresiones verbales continuas”.
La Junta, que ha negado que este colapso esté afectando a la realización de pruebas de detección del Covid-19, sí ha reconocido implícitamente la falta de personal con el anuncio de que necesita, al menos, incorporar enfermeros y rastreadores.