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Cuesta de enero

Como las alegrías duran poco en la casa del pobre, pasamos del “un día es un día” a tener que apretarnos el cinturón

Cuando todavía quedarán en las casas árboles de Navidad y nacimientos, esperando un hueco para guardar todo hasta el año que viene, nos cambia la perspectiva. Durante los días pasados todo eran parabienes y deseos de felicidad, pero enero es un mes de contrastes. Comienza con los buenos propósitos para el nuevo año, y cuando se apagan las luces de las calles y cesan los villancicos en los centros comerciales, aparece la cuesta de enero. De cuestas entendemos un rato en Jaén, de cuestas en las calles y en los bolsillos.

Como las alegrías duran poco en la casa del pobre, pasamos del “un día es un día” a tener que apretarnos el cinturón, no el que ya aprieta por los excesos navideños frente al mantel, sino el que nos recuerda que, si los gastos crecen y los ingresos no, antes o después habrá que ponerse a dieta. Nos venden dietas milagro que prometen resultados sin esfuerzo. Dicen que Edison necesitó más de 1.200 experimentos con diferentes tipos de filamentos para crear la bombilla en 1879. Ojalá que Jaén no precise tantos para dar con la solución.

A los que, como titulaba su programa en Onda Jaén el periodista Rafa Rus, nos hemos criado cuesta arriba, hablarnos de cuestas es como hablarle a Noé de tormentas. Pero por si era poco tener que lidiar con estar a la cola de inversiones, con perder población, con no tener buenas infraestructuras ni comunicaciones y tener que estar pidiendo financiación para nuestra Universidad, enero se estrena con subidas de precios e impuestos. Pensarán que, para subir mejor la cuesta de enero, ayuda subir también los impuestos. Alimentos de primera necesidad como el aceite de oliva, el pan, la leche, la fruta, la verdura, las legumbres y los cereales recuperan su 4% original. Las pastas y el aceite de girasol pasarán a tener un IVA del 10%. Aunque la mejor ayuda vendrá de la mano de la subida del IVA en la electricidad, que volverá al 21%. También subirá la basura. La de Jaén ya se situaba en 2024 entre las 20 más caras de España, por delante de Sevilla, Bilbao o La Coruña.

Si los clientes tienen menos dinero no se pueden subir los precios y, si además suben los costes, los márgenes se estrechan, y todavía más bajando los precios en las rebajas para mantener la actividad de las empresas y el empleo. Esperemos que los Reyes Magos al menos nos traigan salud.

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