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Domingo Sánchez Pérez: “La almadraba de Conil es como parte de mi familia”

Siglos de historia y trabajo en la mar se renuevan con las nuevas generaciones de almadraberos en Conil

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Domingo Sánchez Pérez, almadrabero

Domingo Sánchez Pérez, almadrabero

Domingo Sánchez Pérez, almadrabero

Domingo Sánchez Pérez, almadrabero

Domingo Sánchez Pérez, almadrabero

Domingo Sánchez Pérez, almadrabero

La almadraba, a pesar de ser un arte de pesca con siglos de historia, hoy son muchos los jóvenes que, como Domingo Sánchez Pérez, apuestan por mantener viva esta tradición. A sus 25 años, Domingo ya forma parte de la plantilla de la almadraba de Conil. Hijo, nieto y sobrino de almadraberos, Domingo lleva el mar en la sangre. Conocido en el pueblo por su mote familiar"Los Calamares”, no entiende su vida sin el arrullo de las olas y el trajín de las levantás.

¿De dónde viene tu relación con la almadraba?

Mi familia siempre ha estado vinculada a la almadraba. Mis dos abuelos trabajaron aquí, también mi padre, que este año se jubila,  y un tío mío. Yo soy parte de esa tradición.

¿Cómo recuerdas tu primer día en la mar?

La verdad es que estaba más perdido que el barco del arroz, como se suele decir. No entendía nada, todo era muy nuevo para mí. Pero poco a poco te vas acostumbrando: aprendes cada movimiento, cada señal, cada tarea. Aunque al principio te sientes desubicado, luego todo va encajando.

¿Tuviste contacto previo con la pesca antes de entrar a la almadraba?

La verdad es que no. No tuve experiencia previa en la pesca antes de entrar.

¿Cómo te preparas para el primer día de levantá de la temporada? ¿Sueles ponerte más nervioso?

No me pongo nervioso, pero sí que tengo muchas ganas de ver los primeros atunes. Los dos primeros días vas con esa ilusión, es como una especie de reencuentro. Luego ya, cuando llevas varios días, entras en la rutina. Pero siempre el primer día se vive con una motivación especial.

¿Qué es lo más duro de este trabajo?

Sin duda, el mal tiempo. Cuando el viento o la mar no acompañan, se complica todo: hay más riesgos, se trabaja más incómodo. Aunque normalmente intentamos no salir si el tiempo está muy malo, siempre hay días complicados, con algún que otro susto. Es parte del oficio.

¿Y lo más bonito de este oficio?

Lo que representa la almadraba para Conil. Es parte de nuestra identidad. El atún, la almadraba, toda la historia que hay detrás... todo eso forma parte del pueblo. Trabajar en algo tan significativo para la gente me hace sentir orgulloso.

Domingo Sánchez Pérez, almadrabero

¿Te ves muchos años más trabajando en la almadraba?

Sí, es lo que espero. A día de hoy no me planteo otra cosa. Estoy cerca de casa, tengo estabilidad y buenos compañeros.

¿Qué opinan tus amigos y tu familia de tu trabajo?

Mi familia siempre me ha apoyado. Como siempre hemos estado vinculados a la almadraba, fueron los primeros en animarme a entrar. Y mis amigos también lo ven bien. Cuando empecé, con 20 años, me preguntaban mucho: “Quillo, ¿cómo va la cosa? ¿Habéis cogido ya los primeros?”. Les interesa y valoran lo que hacemos.

¿Crees que los jóvenes están interesados en aprender este oficio?

Cada vez más. Se están incorporandomuchos jóvenes a la almadraba y eso es bueno. Vamos relevando poco a poco a los más veteranos, y veo a la gente joven con ganas de aprender y trabajar.

¿Qué crees que hace falta para que esta tradición no se pierda?

Desde mi punto de vista, mientras el atún siga llegando y se respete la técnica tradicional de la almadraba, esta forma de pesca seguirá viva y formando parte de nuestra identidad.

Actualmente hay un conflicto con las huelgas de inspectores. ¿Cómo os afecta?

No estoy muy metido en el tema, pero sé que nos perjudica bastante. Cada vez que hacemos una levantá tiene que haber inspectores presentes, y si hay huelga, no podemos trabajar. El atún no puede esperar, tiene su temporada concreta. Y muchas familias dependen de esto, así que esperamos que se resuelva cuanto antes.

¿Recuerdas algún momento especialmente duro en estos años?

Algún día que el tiempo estaba muy malo. Pero solemos actuar con prudencia y, si la mar está peligrosa, no se trabaja. Aunque siempre puede haber momentos complicados, en general, los problemas se resuelven rápido.

Si pudieras volver atrás, ¿volverías a elegir este camino?

Sí, sin duda. No me arrepiento de nada. Intenté seguir con los estudios, pero no era lo mío. Aquí tengo un trabajo estable, cerca de casa y que me gusta. No todos pueden decir lo mismo hoy en día.

 

¿Qué formación se necesita para entrar en la almadraba?

Se requieren dos cursos: el de Formación Básica, que dura unas tres semanas, y el deMarinero Pescador, de aproximadamente una semana. Además, existe una tradición en la almadraba: si tu padre trabaja aquí, puede entrar tu hijo o tu sobrino… Es una manera de mantener el oficio en la familia.

¿Existe alguna tradición especial entre vosotros?

Sí, varias. Al principio de cada temporada hacemos una especie de ceremonia: viene el cura, la alcaldesa, la televisión del pueblo... Se bendicen las redes y se bautiza a los nuevos compañeros echándoles agua. También, antes de echar el copo de la temporada, el capitán vierte una botella de vino sobre él como símbolo de buena suerte. Son tradiciones que mantenemos año tras año.

Domingo Sánchez Pérez, almadrabero

¿Qué significa para ti la almadraba?

Para mí es algo que he escuchado en casa toda la vida. Es parte de mi familia. No es solo un trabajo, es una tradición muy especial.

¿De qué te sientes más orgulloso?

De formar parte de algo tan importante para Conil. De trabajar en algo que la gente respeta y siente como suyo, y de contribuir a mantener viva esa identidad.

Domingo Sánchez Pérez, almadrabero

 

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