El CAI Zaragoza se impuso al Fuenlabrada en un final igualado en el que demostró que va tomando poso conforme transcurren los partidos y que lo que anteriormente parecía un problema, los últimos minutos, lo ha convertido en una virtud.
Después de haber mandado con comodidad durante una buena parte del encuentro la buena defensa del equipo de Chus Mateo en el tercer cuarto y parte del último le permitieron poder luchar por la contienda, aunque no supo completar la remontada ante un conjunto maño que tuvo el suficiente aplomo para ser mejor en el tramo final.
Los primeros minutos de juego estuvieron equilibrados pero en cuanto el conjunto local aceleró el ritmo del juego sacó partido gracias también al dominio del rebote defensivo, que le permitía correr cómodos contragolpes y acabar el primer cuarto con cinco puntos de renta (21-16).
El Fuenla aguantaba el tirón maño gracias a los puntos de Panko, Diagné y Feldeine, los únicos que anotaron en los primeros diez minutos, pero el CAI Zaragoza supo ver bien los cambios de defensa entre jugadores después de bloqueos para quedarse siempre en superioridad de altura en la pintura, donde metió balones interiores que abrieron todavía más la brecha.
Los hombres de José Luis Abós llegaron a tener hasta 17 puntos de renta poco antes de llegar a la media parte (41-24), pero un parcial de 2-8 en esos últimos 60 segundos del conjunto madrileño volvió a meterle en el partido (43-32).
Tras el descanso una intensa defensa foránea desde la salida del balón, unida al acierto de Andy Panko supuso que los madrileños se acercaran a solo dos puntos (60-58) al inicio del último parcial.
El CAI supo jugar bien sus bazas y metiendo balones interiores sacó la quinta falta, en el minuto 32, de un Moussa Diagné que estaba causando problemas y, además, al siguiente ataque le cayó la cuarta a Panko (21 puntos hasta ese momento) que tuvo que ir al banquillo con 62-58 en el electrónico.
La jugada le salió perfecta al equipo aragonés porque dominó con más facilidad el juego interior, supo mover bien el balón en sus posesiones y cuando Panko volvió al campo dos minutos más tarde había perdido toda la magia y ya no volvió a anotar un solo punto.
Y aunque James Feldeine le suplió en los puntos el conjunto de Abós dio muestras de serenidad liderado por sus dos bases, Llompart y Tabú, que fueron los mejores, y con el resto de jugadores leyendo bien el juego en el tramo final para no cometer errores.