Con rebajas o sin ellas, un día sí y el otro también, las noticias sobre moda en general y ropa en particular ocupan su espacio en Internet actualizándose a lo largo de la jornada. Nos enteramos sin querer, simplemente aparece la foto del abrigo a juego con un bolso increíble y unos zapatos de tacón cómodo para caminar sin molestias y con descuentos tan buenos como para no dejarlos pasar. Las rebajas sorprenden desde el momento en que la prenda, al envolver un cuerpo, queda impresa en una foto. La composición, el colorido y el modelo conforman un mensaje llamativo con incitación a la compra por el momento y la oportunidad de ser tendencia, expresión que ha sustituido a estar de moda. Es un proceso que ha evolucionado, aunque el objetivo no haya variado, pero sí la forma de llegar a él, siendo las redes sociales quienes han favorecido la diversidad en cuanto al atractivo de las opciones.
Hasta hace poco la ropa ha vestido cuerpos jóvenes que los han movido en las pasarelas con una gracia especial o discutible hasta cierto punto, para luego salir a la calle. Durante un tiempo las vemos pintadas en el chasis de un autobús, nos miran desde una marquesina, pero antes han aparecido al abrir un enlace mostrando esa juventud encantadoramente desenfadada. Sin embargo, ésta es la única enfermedad que se cura con los años, dijo Bernard Shaw, y los cumplidos dan seguridad a la hora de seguir la moda. Por eso cada vez en más frecuente ver fotos de mujeres con los cincuenta bien cumplidos y lejanos luciendo ropa impensable unos años atrás.
Los enlaces nos las muestran como son, con la piel cuidada, un maquillaje suave y sus canas realzando un atuendo con estilo propio y tan personal como el mensaje en el que claramente expresan cuánto creen en sí mismas, mientras disfrutan de la belleza serena de la experiencia, de unos años viendo pasar los almanaques sin tenerlos en cuenta más que para arrancarles la hoja, de la mano de la ropa que llevan después de haber decidido reciclarla o volverla a combinar.
No cabe duda, la subida las redes ha permitido visibilizar una actitud resuelta y sin complejos y si se añaden las visitas diarias y a millares a sus páginas, les ha hecho ganarse el título de influencers, es decir, capaces de imponer estilo en una etapa de la vida donde reinaron, hasta ahora, los colores tristes en un vestido camisero, que llevan si lo desean y encima haciéndolo brillar. Por ello merecen la felicitación más sincera. Son un ejemplo seguido con la admiración y el respeto por haber sabido vestir esta etapa con personalidad.
Ánimo y prudencia.