Con la fecha del 9 de octubre marcada en el calendario, y la plaza de toros de Valencia como escenario para su despedida,
Enrique Ponce ha vuelto a los ruedos. Lo hizo días atrás en la plaza de Nimes (Francia), tras un
parón en su larguísima carrera de más de tres décadas de alternativa que se traducen en una de las trayectorias más importantes de la historia de la tauromaquia.
Precisamente, para poner el punto final a toda una vida dedicada al toro,
Ponce vuelve a vestir de luces para despedirse de su profesión y de toda la afición. No serán muchos paseíllos, pero sí los suficientes para contentarse con poder cerrar su histórica carrera. Pero también para poder retirarse del toreo con toda la dignidad que una carrera profesional como la suya merece, pues no en vano hay que recordar que su decisión de dejar de torear en plena temporada de 2021 cogió por sorpresa a todo el mundo. Empezando por su propia cuadrilla, que se encontraba ya en León encarando el que sería un nuevo compromiso en esa temporada, tras haber toreado en Burgos el día anterior.
Y en esta temporada de su adiós a los ruedos todo parece indicar que no podrá despedirse de Jaén pese a que inicialmente estuviera previsto que así fuera tal y como
comunicó a este mismo medio Alberto García, CEO de Tauroemoción el pasado mes de enero en el que se estaba trabajando en un cartel potente para que Enrique Ponce pudiera despedirse de una de las plazas más importantes de su carrera profesional en junio con motivo de las fiestas de la Virgen de la Capilla.
Pero lo cierto es que
para las próximas semanas se anuncia un festejo de promoción de la Escuela Taurina de Jaén – una nueva edición del Certamen “Manuel Díaz Meco”- y no ese
festejo mayor que se pretendía.
Sería triste que Ponce no pudiera firmar su última actuación en Jaén en este año por muchos motivos, pero sobre todo por su impresionante trayectoria aquí. Ningún otro torero iguala sus números en Jaén, y esto se traduce en un dato sorprendente: ha sido y sigue siendo el torero que mayor número de veces ha toreado en la ciudad de Jaén en toda su historia, ya que para ello hay que tener en cuenta la anterior plaza de toros y la actual.
Enrique Ponce contabiliza en total
cuarenta y nueve paseíllos en Jaén, siendo además la única figura del toreo que ha llegado a torear aquí haciéndolo en todos los escalafones del toreo, desde becerrista a matador de toros.
Porque nos tenemos que remontar hasta el
20 de octubre de 1985 para encontrar su primera actuación en el Coso de La Alameda, haciéndolo como becerrista en la parte seria del espectáculo cómico taurino musical “El Toronto y sus monos toreros y sus enanitos forçados”. Posteriormente lo haría ya como novillero con picadores, en las ferias de San Lucas de 1988 y la del año siguiente. Y a partir de 1990 ya como matador de toros, debutando como tal en Jaén el 20 de octubre con toros de Campos Peña compartiendo terna con Curro Vázquez y el portugués Víctor Mendes.
Como matador de toros su carrera en Jaén es extensísima. Ha toreado el Domingo de Ramos inaugurando la temporada en la capital y en junio con motivo de las fiestas de la Virgen de la Capilla en alguna ocasión. Llegó a torear dos veces la desaparecida corrida que se organizaba con motivo de Expoliva. En las ferias de San Lucas del 2000 y 2001 hizo doblete. Además llegó a indultar al toro «Vendaval-72» del hierro de José Luis Pereda la tarde del 18 de octubre de 2000.
A todo eso se añade ser el
alma máter del Festival Taurino a beneficio de la Asociación Española de la Lucha contra el Cáncer, organizando y toreando el mismo de forma ininterrumpida durante casi dos décadas. Precisamente el edificio que hoy día es sede de dicha institución se encuentra en la calle Enrique Ponce, la primero que se le dedicó en España, antes incluso que en su propia localidad natal de Chiva, en Valencia.
Ha sido
el único torero que estando en activo ha lidiado como ganadero reses de su propia ganadería en el ruedo jiennense. Y más allá de lo taurino no hay que olvidar que Enrique Ponce pregonó nuestra Feria de San Lucas de 1996 ante un abarrotado público en la Plaza de San Francisco a espaldas de la Catedral.
Su vinculación con Jaén trasciende más allá de lo puramente taurino.
Su carrera no sólo merece una despedida digna en Jaén, también un reconocimiento social de toda la provincia.