Toca cerrar heridas en el Real Jaén antes de llegar a consumir el primer tercio de la temporada. Toca cerrar algunas que se han abierto como las costuras de una prenda de vestir cuando las estiras demasiado. Y esas costuras hay que volver a unirlas para que todo navegue por un mar en calma, que ahora mismo no es el que tiene fondeado el barco del Real Jaén a la espera de la llegada del Atlético Porcuna en un partido que será emotivo por la recaudación, la paella y todo lo que se pueda obtener para los damnificados por la Dana en Valencia. El caso es que hay que sacar hilo y aguja para que el partido ante los de Obulco sea el del retorno a la senda del triunfo. Y es que la semana no ha sido sencilla. La derrota ante el Cádiz con un once inicial que no gustó en la afición del Real Jaén dio paso a una derrota con estrépito ante el Motril en el Escribano Castilla. Dos expulsiones en ambos duelos dice el entrenador del Real Jaén, Roberto Peragón, que condicionaron el devenir final. Será que los blancos no saben jugar con diez como sí hacen acertadamente otros equipos cuando se quedan en inferioridad ante los blancos. O será que la espina de la Copa del Rey tendrá que esperar todo un año para sacársela, como ya ocurriera cuando Fajardo tiró el partido ante el Eldense por no realizar los cambios a tiempo y darle oxígeno a un equipo que estaba muerto sobre el césped. Eso sí, con un once y unos cambios que hacían más que reconocible al equipo de la pasada temporada.
Coser la costura y la herida de la Liga, donde el Real Jaén ha sumado su primera derrota del campeonato, tiene que ser con cierta precisión. No puede permitirse el equipo de Peragón un nuevo tropiezo y mucho menos en La Victoria. Fundamentalmente, porque la sensación que hay es que se dejó escapar el liderato la semana pasada y que el Atlético Malagueño no va a dar tantas concesiones como en los dos últimos partidos. Esa costura tendrá que tener a un cirujano casi, para así hacer frente a la ausencia de Óscar Lozano, máximo goleador del equipo, por su sanción disciplinaria de un partido. Esa cirugía también tendrá que ser milimétrica porque si Mario Martos no llega en la mejor condición se caería otro de los 13 jugadores que son fundamentales en el esquema de Roberto Peragón y que son los habituales con más minutos. Variantes habrá en el once inicial, pero quizás no todas las que se puedan esperar porque la fe ciega en el bloque principal que el técnico madrileño quiso tener esta temporada a sus órdenes es el que deberá sacar las castañas del fuego. Son los mismos que no puso ante el Cádiz y que luego tuvieron la exigencia del partido ante el Motril. El más bonito era el primero, que alguno quería jugar, pero… La edad elevada le hizo pensar al entrenador que sacó un equipo que la grada no quería y que de haberlo sabido antes quizás no habría acudido en un número tan elevado.
La herida tiene que cerrarla el Real Jaén ante un Porcuna que no le hace justicia la posición en la que se encuentra. El equipo de Antonio Bueno ha tenido dos partidos en casa donde se ha reencontrado así mismo, pero no ha pasado del empate. Uno tuvo hasta sabor a victoria ante el Atlético Malagueño y eso dice bastante de un equipo capacitado para dar sorpresas, como la de la segunda jornada en el Miguel Moranto de Húetor Tájar. Es un rival correoso, que sabe a qué juega y al que el Real Jaén no puede darle un metro porque el ascenso o el play off por el mismo se gana en casa y la clasificación final lejos de tu propio territorio. Salir además la semana próxima al Matías Prats no es una bicoca que se diga, sobretodo porque el calendario traerá después al Huétor Tájar y llevará el primer día de diciembre a los blancos a EL Palo. Otra herida podría infestar las que hay y eso hará del duelo ante el Porcuna que sea un partido en el que el aroma a compromiso mucho más que vital tome un cariz de mucha más envergadura.
