Creatividad y cariz benéfico se han dado la mano en el evento organizado por la Pasarela Flamenca Jaén en La Guardia a beneficio de la Asociación Pídeme la Luna, que ayuda a los menores ingresados en el Onco-Hematología del Hospital Infantil de Jaén.
"Nuestros pequeños han disfrutado una vez más y se han sentido protagonistas sobre la alfombra roja y han vestido modelos preciosos de diferentes diseñadores, y los y han lucido con gracia y salero", alaba Marisol Escribano, presidenta del colectivo.
La líder de 'Pídeme la Luna' elogia la belleza del lugar elegido, el Castillo del municipio. Escribano reconoce que le conmovió el discurso de Juan Morillo, alcalde de La Guardia. "Nos dedicó palabras llenas de cariño y de emoción. A pesar del cansancio tras hace un largo viaje, él quiso estar con nuestros niños y arroparlos junto con otros miembros de la Corporación", destaca.
El gesto tuvo una expresión aún más formal, que fue la entrega de un cheque regalo por parte del Ayuntamiento. Así, la asociación tendrá recursos para llevar a los menores y a las familias, junto con voluntarios y equipo sanitario, a Roquetas de Mar y disfrutar de una suerte de mini Hollywood, para olvidar los períodos de tiempo que pasan en el hospital.
Escribano también reparte gratitud a los organizaciones de Flamenca Jáen y hace una mención especial para para Manolo Fontiveros, Mari Fe Manzano y Rafa Moreno. "Un día nos cogieron de la mano y ya nunca más nos soltaron", manifiesta.
Cumplir sueños
Si hay una fórmula que sintetiza lo que es capaz de lograr 'Pídeme la Luna' es la denominación de "fábrica de sueños". En efecto, el proyecto logra que niños que están convalecientes o que afrontan la enfermedad vivan momentos especiales, como disfrutar de un evento de primera magnitud —el musical de El Rey León— o conocer a sus ídolos —hay quien ha visitado las instalaciones del Valencia.
Una de las últimas acciones protagonizada por los menores de Onco-Hematalogía Pediátrica fue visitar Sierra Nevada. Tal y como contó este periódico, la experiencia permitió a los visitantes conocer por primera vez la nieve.
"Nuestros niños nos enseñan que soñar es el primer paso para valor. Seguiremos trabajando para poner la luna a sus pies", sentencia Escribano.
