"Al Qaeda del Magreb Islámico es un problema grave, pero no es sólo terrorismo, es una mezcla de diferentes tipos de delito", dijo el coordinador antiterrorista, y citó en concreto el tráfico de drogas y la inmigración ilegal.
De Kerchove anunció que está trabajando con la presidencia sueca y con la futura presidencia española para aprobar en los próximos dos o tres meses "una estrategia global sobre el Sahel, que englobe seguridad y desarrollo" y que "movilice dinero comunitario y de los Estados miembros" para reforzar la respuesta de Mauritania y del resto de países de la región frente al terrorismo. Para ello, el propio coordinador visitó Mauritania hace unas semanas y se reunió con las autoridades del país.
Una de las ideas con las que trabaja la UE es ayudar a crear en la capital mauritana, Nuakchot, un grupo de magistrados especializados inspirado por la Audiencia Nacional, que se ocuparían de crimen organizado y terrorismo con fiscales, investigadores y jueces especializados, dijo De Kerchove. "No tienen casi ninguna condena de terrorismo porque no saben cómo tratar con ello", resaltó.
Además, el coordinador antiterrorista explicó que también "el ejército necesita apoyo y el servicio de inteligencia necesita apoyo".
Pero además de la parte represiva, De Kerchove señaló que la UE debe "hacer más en la parte preventiva", por ejemplo apoyando la reforma de la formación profesional para facilitar que los jóvenes puedan encontrar trabajo.
A su juicio, en países como Mauritania, Mali o Yemen, la debilidad del propio Estado favorece una mayor radicalización, especialmente entre los jóvenes sin perspectivas profesionales, y facilita el reclutamiento de terroristas. Además, señaló que Mauritania ha experimentado una evolución del Islam tradicional hacia un Islam más integrista.