Asómate al resplandor de mi alma es el título del primer poemario de la joven escritora y twitera arcense María Zarzuela. Nacida en 1999, sintió desde su etapa escolar el despertar de la afición por disciplinas culturales, como la pintura y la danza, y el deporte, hasta que llegó al instituto, donde se interesó sobre todo por la Historia del Arte. Cuando acabó sus estudios de Bachillerato se inclinó por las redes sociales y el Marketing, pues no pudo hacer Historia como era su deseo: con 19 años de edad sufrió un grave accidente que la limitó en su movilidad y en su vida diaria. Fue entonces cuando la lectura y la escritura se convirtieron en su refugio para superar una situación a la que se sobrepuso gracias a su tesón, hasta matricularse en la Universidad de Cádiz parar formarse en Educación Primaria. Persona sentimental, valora la empatía, la lealtad y la bondad como valores esenciales en la vida, y ella misma admite que se lo debe “todo” a su familia, de la que sin duda se siente muy orgullosa.
Su nueva y particular relación con la escritura arrancó durante el confinamiento. “Tras tantas horas en casa y con tanto tiempo libre, me dediqué a las cosas que me gustaban y que, por desgracia, con el estrés de los estudios y el día a día, no podía realizar: leer, escribir... Aunque, en realidad, desde siempre he escrito. Aún recuerdo de mi época del instituto que me apasionaba escribir y debatir sobre aspectos políticos, humanos, económicos…; de todo un poco. Pero nunca había escrito poesía y mucho menos lo mostraba a mi familia y a mi círculo de amigos. Fue en ese momento donde me surgió una reflexión sobre la necesidad de escribir y de compartirlo”.
Así, tras los primeros poemas acumulados en el bloc de notas del teléfono y recibir una opinión positiva de sus amigas, decidió comenzar a tomármelo más en serio. “Consumo mucha poesía, es el género literario con el que más disfruto. Empecé a escribir como terapia, sin imaginar que meses después se convertiría en algo de mi día a día, de mi ser y que, al final, ha acabado dando sentido a mi vida. Es lo que me apasiona”.
Su primer poemario aborda, en esencia, el mundo femenino, el empoderamiento de la mujer. Cuestiones muy apropiadas en un momento en el que la mujer sigue sufriendo los consabidos ataques a su integridad física y moral en todos los sentidos.
Ella misma así lo explica: “Este poemario trata sobre los sentimientos de una mujer, sobre cómo superar ciertas situaciones que sufren muchas mujeres desde siempre y actualmente. Al final toca de lleno el amor propio, el amor, la decepción…, pero temas centrales del feminismo los trata a pinceladas, no de una manera tan profunda y de opinión excesiva, más bien de experiencia. En realidad, quería publicar poemas actuales, pero no hay un segundo sin un primero, ¿verdad? Me daba muchísima pena quedarme para mí los poemas que componen el poemario. En el segundo libro, en el cual estoy trabajando desde hace ya un tiempo de manera más fluida y continuada, he dado un giro tanto en el bagaje léxico utilizado como en la forma de expresarme. Obviamente sigo tratando el amor, el amor propio u otros temas, pero si me tiro de lleno al feminismo, a no maquillar palabras, a opinar, a “gritar” y a querer sembrar en los lectores unas ganas de lucha además de un cambio de perspectiva, a querer remover un poco el avispero... A sacar a las ovejas del rebaño y a dar visibilidad al patriarcado que aún existe y pervive en nuestros pensamientos y en nuestro día a día... Para mí el tema del feminismo es muy importante, es fundamental expresar, reivindicar e informar de este movimiento desde la educación y la lectura; no hay nada más poderoso que la palabra. Y esa es nuestra arma más fuerte”.
La poeta arcense defiende “el mundo femenino” porque lo considera “fuerte y poderoso, y merece oportunidades e igualdad. Gracias a la lucha antigua de muchas mujeres hoy en día nosotras gozamos de una situación muchísimo más buena en muchos sentidos y ámbitos. Estamos disfrutando del trabajo y del compromiso de las mujeres que nos preceden. Esa lucha no ha terminado, hay que seguirla. Admiro muchísimo a todas, y en especial, hago un guiño a las “Sin sombrero”, entre ellas a Gata Cattana que en paz descanse. Es más, la mayoría de la poesía que consumo está escrita por mujeres que admiro. Al final plasmar en verso los sentimientos que emanan en mí no ha sido una tarea complicada: lo que siento lo escribo, lo que pienso lo escribo; lo que sufro, lloro, opino y disfruto lo escribo. Plasmé en verso toda situación propia o ajena que me inspirase”.
De momento piensa seguir desarrollando su labor literaria desde el mundo de la poesía, ya que considera que el género de la novela “es un poco más desconocido para mí. Lo he consumido pero por ahora no me imagino desarrollándolo, no me nace y además me parece dificilísimo. Por ahora estoy centrada en la poesía”.
Arcos es tierra de grandes poetas. Desde Julio Mariscal a los hermanos Murciano, pasando por Antonio Hernández, Pedro Sevilla, Pepa Caro, Jorge de Arco o, más recientemente, Abraham Guerrero. María Zarzuela señala que conoce y ha leído a muchos de estos autores, “los admiro muchísimo, pero escribo lo que me surge, no me siento influenciada por ningún escritor. Sí que amo el trabajo de muchos de ellos, tanto arcenses como andaluces: Lorca, Machado, María Zambrano, Gata Cattana… Andalucía y Arcos siempre ha sido tierra de poetas. Admiro también el trabajo de Benedetti, Loreto Sesma, Patricia Benito...”
Ahora, mientras ultima su segundo poemario, reconoce que le gustaría combinar esta labor con el oficio de maestra. “Creo que es un poco complicado, y más actualmente, vivir de la literatura. No me importaría dedicarme a ello de lleno. Pero todo tiene su tiempo, ya se verá. Al final la vida da muchas vueltas”. Mientras tanto, reafirma rotunda su vínculo con la ciudad que la vio nacer. “Sigo en Arcos, llevando una vida sencilla, cerca de mi familia y de mis aficiones”.