Manuel Escribano ha sido el gran protagonista de la corrida de Victorino con dos actuaciones muy importe tés, pero sobre todo por la gran faena que hizo al quinto de la tarde, un importante toro de Victorino con el que estuvo sensacional. Cortó las dos orejas y el toro fue premiado con la vuelta al ruedo. También estuvo a buen nivel Daniel Luque en su primer toro y no tuvo opciones El Cid.
Según informa la empresa Pagés, que gestiona la Plaza de Toros de La Maestranza de Sevilla, el primero de la tarde tardó en salir de chiqueros y cuando lo hizo se emplazó sin querer embestir. Buscó constantemente la querencia y El Cid lo fijó bregando literalmente con él. Muy bien estuvo Juan Sierra con el capote para intentar fijar al manso. Una vez picado y banderilleado el toro llegó a la muleta muy parado. No tuvo opción El Cid, que al ver la mala condición del enemigo decidió abreviar. Mató de dos pinchazos y estocada atravesada.
El Cid brindó a su mozo de espadas de toda la vida, Pepe Valiente, el segundo de su lote, toro que no le había permitido lucimiento con el capote. Comenzó la faena toreando al natural, logrando algunos muletazos templados mientras recibía avisos del toro. Con la derecha el toro se tragaba uno y al siguiente miraba al torero y se colaba, rompiendo la continuidad. Cuando volvió a la zurda el de Victorino ya no embestía y tuvo que concluir la faena. Pinchó reiteradamente
Escribano capoteó al segundo de la tarde con oficio. El toro no hizo pelea brillante en el caballo, pensándoselo y saliendo suelto. También pesó mucho en banderillas el de Victorino, costándole arrancarse, y Escribano tiró de oficio para colocar tres buenos pares. En la muleta el toro se mostró reservón y haciendo hilo por el pitón derecho. Escribano, como buen especialista, le vio el pitón izquierdo y le dio algunos naturales estimables dejándosela puesta y tirando de él sin toques. Logró también desengañarlo y robarle una serie por el derecho bien rematada con un cambio de mano que hizo sonar la música. Mantuvo el tono de la faena y la última serie al natural fue lo mejor de su labor. Pinchó perdiendo un triunfo. Ovación tras aviso.
Escribano recibió al quinto a portagayola y después le dio lances estimables que llegaron al público. También brilló en banderillas, clavando un tercer par sentado en el estribo y al quiebro. Fue vibrante el inicio de faena, doblándose y llegando mucho al toro. La primera serie con la derecha tuvo emoción, orientándose el toro al final. En la segunda fue desarmado con un toro cada vez más exigente. Se lo llevó a los medios y el toro embistió mejor como bravo que era, creciendo la faena de en dos series excelentes. Rompió la faena y también al natural lo templó en una serie buena a la que siguió otra diestra excelente tragando mucho. Faena larga, sonó un aviso antes de entrar a matar. Dejó una estocada efectiva que puso en sus manos las dos orejas. El toro fue premiado con la vuelta al ruedo.
Daniel Luque recibió al cuarto primero a una mano y después con verónicas ganando el terreno que calentaron el ambiente. Pidió Luque a su picador que no castigara mucho al toro y brindó al cielo en homenaje a su padre, recientemente fallecido. Comenzó con la derecha pero pronto se orientó el de Victorino. Al natural le dejó la muleta en la cara y logró algunos muletazos de mérito. Luque estuvo hecho un tío y le pudo en todo momento a un complicado victorino. Estocada trasera.
Daniel Luque se empleó con el capote en el sexto, un toro que manseó en los primeros tercios y que se mostró intratable en la muleta poniendo en serio peligro a Luque, que no tuvo más remedio que abreviar.
FICHA:
Se lidiaron toros de Victorino Martín, bien presentados. Destacó el quinto, Mosquetón, número 76 de 510 kilos, un gran toro premiado con la vuelta al ruedo.
El Cid, silencio y silencio tras aviso.
Manuel Escribano, ovacionado tras aviso y dos orejas tras aviso.
Daniel Luque, ovación tras petición y silencio.
Lleno.
Saludaron en banderillas Juan Sierra y Maguilla.