Las pruebas médicas a las que se sometió Óscar Lozano en Motril han destapado que el jugador del Real Jaén no tendrá que pasar por el quirófano. Es más, no se aprecia ninguna rotura en el menisco ni en el ligamento cruzado interno. De hecho, el jugador se ha estado ejercitando ya en solitario y no ha tenido problema después de que la inflamación remitiera. La prueba diagnóstica de la clínica de Motril no arroja un resultado que diga que haya rotura con lo que todo puede quedar en un susto grande. Un esguince en una de sus rodillas fue el que provocó que saltaran las alarmas. La mejor prueba de que el extremo jiennense estará poco fuera del equipo es que puede correr y que el dolor le ha remitido después de los días de reposo que ha tenido que guardar en los últimos días.
La posibilidad de que Lozano tuviera roto uno de sus meniscos y afectado el ligamento cruzado interno de la articulación también se desvanece, pero todavía está pendiente de que el traumatólogo que lleva su dolencia revise pertinentemente la prueba. En la misma, según fuentes cercanas a este medio de comunicación, no se aprecia ningún contratiempo con lo que quizás en los próximos días podría volver a entrenarse con el grupo. De momento, precaución aunque si hubiera rotura es muy probable que no pudiera tan siquiera correr como ha hecho en la sesión de entrenamiento.
