La consejera de Salud, la jiennense Catalina García, prometía hace unos meses que Jaén contaría con un equipo especializado en la práctica de interrupciones voluntarias de embarazos para casos excepcionales que requirieran las madres por motivos médicos. Ya es una realidad, porque esta opción la han posibilitado médicos del Materno Infantil hasta en tres ocasiones, una de ellas incluso para un caso en el que el feto sobrepasaba las 22 semanas, una opción que únicamente permite la ley que se ejerza tras el visto bueno de un tribunal ético y sólo en caso de existir motivos médicos.
Las madres jiennenses en esta situación se habían visto hasta ahora obligadas a ser atendidas para estas cuestiones en otras provincias ya que Jaén no cuenta con una alternativa privada a la que acudir. Pero ahora sabemos que los profesionales de la sanidad pública jiennense han ofrecido esta atención al menos a tres madres de la provincia en estas circunstancias.
También en este tipo de atenciones, la provincia deja de ser la “cenicienta andaluza” ya que hasta final de este 2023, Jaén era la única provincia en esa situación.
La propia consejera, en el Parlamento andaluz, se comprometía en marzo pasado a posibilitar esta opción en la sanidad pública jiennense dando salida al acuerdo aprobado el pasado mes de febrero en el marco de una proposición no de Ley presentada por parte de Por Andalucía para facilitar el derecho al aborto a las mujeres de Jaén, las únicas que en Andalucía estaban excluidas, lo que suponía desplazarse a otras provincias.
Al respecto, en la Comisión parlamentaria, García aludía a que estaban “trabajando para que, en todas las provincias, especialmente empezando por aquellas que no tienen otra alternativa, exista en la oferta pública la interrupción voluntaria del embarazo y poder ejercer ese derecho en cada una de las provincias”.
Casos muy concretos
Los sanitarios jiennenses dan cumplimiento así a casos muy concretos en los que la legislación sí contempla una interrupción del embarazo cuando el desarrollo del feto está muy avanzado. En el caso de pasar la semana 22 se puede abortar (según recoge la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo) “cuando se detecten anomalías fetales incompatibles con la vida y así conste en un dictamen emitido con anterioridad por un médico o médica especialista, distinto del que practique la intervención, o cuando se detecte en el feto una enfermedad extremadamente grave e incurable en el momento del diagnóstico y así lo confirme un comité clínico”. Los casos abordados por los médicos habilitados por la Consejería de Salud en Jaén han sido casos en los que, o bien la vida de la madre o la del feto, corrían peligro.
